Ars longa, vita brevis

domingo, 25 de octubre de 2009

Cuando ella nos trapasa

La niebla espesa... madrugada comienzan las millas, las millas de asfalto, los neumáticos tragan lineas blancas discontinuas y continuas; el largo túnel... a la salida coincide con el inicio del sol.
Es tibio al nacer, suena “So long Marianne”, Leonard... las montañas pasan fugaces se tiñe el paisaje de sienas, sombras, ocres dorados muy dorados; de pronto aparece … como se suspende dos impulsos de plumas y planea... que libre es allí tan lejos le persigo con la mirada, se evapora.
Nadie en la carretera... el embalse cercano y no apuntan los tejados de barro caldera sobre el agua, atrás quedó el mio; aprieta ya la luz en la mejilla, la ermita al lado del arcén tiene un nido de cigüeña vacío, un nido anhelante que ruega su retorno.
Mediodía:
Cedo al impulso de bajar la ventanilla, sacar el brazo y con la mano surcar el viento; los molinos del 21 los dioses eólicos sin Manchego de la triste figura pueblan ese cerro.
Las tripas gruñen al pasar la frontera sin fronteras debo rendirle tributo a ese tirano exigente que es el estomago.
De nuevo la grava y el alquitrán para llevarme por el sistema circulatorio de agua que será esta travesía de brea.
El Douro reverbera bajo los puentes, el Duero... y Oporto al fin.
La segunda ciudad más poblada, su arquitectura habla de una ancianidad abandonada en muchos de sus edificios monumentales que proclaman en bronce a reyes de otrora.
La tierra lusa es la patria de Camoens, “Os Lusíadas” en renacimiento, relata en uno de sus versos los amores góticos del rey Pedro I con la dama parente y galega Inés de Castro.
Amantes prohibidos y malqueridos, tras la muerte de su primera esposa desposó a su amante que las intrigas palaciegas asesinaron, más tarde desenterró su cuerpo de leyenda e hizo que el pueblo le rindiera pleitesía; la sepultó en un monasterio en el de Santa María de Alcobaça, el panteón, el mausoleo del “Justiciero” está enfrentado por los pies con el de la añorada para que en el día de la resurreción al incorporarse poder ver su faz.
Porto es una ciudad de puentes a la manera de Eiffel, vinho y barcazas que antaño trasportaban vino y ahora trasportan turistas.
A la rivera del río, bares y bodegas llenan de bullicio el paseo, una gigantesca silueta domina una de ellas; que se me parece al zorro.. je je pero su nombre es Sandem y es una de las marcas de vino más antiguas desde 17...y pico.
Un grupo de chico-as tocan las palmas, luchan y danzan la capoeira, me detengo a verlos mientras sus cuerpos brillan al sol.
Las aceras son de mosaico blancas, grises desgastadas y tan pulidas por millones de pasos que se inspiran en los mosaicos romanos o al menos esa es mi impresión.
Hay pequeñas iglesias que visten su fachada con azulejos en tonos azules llenos de encanto.
Más allá la mar, el Atlántico que ese día es gris, frío y bravo.
A la mañana siguiente mi objetivo es la librería Lello, la más vetusta de toda Europa en la rua das
carmelitas, al llegar me percato del japones con la máquina de fotos, durante toda la jornada coincidiremos, nos tropezaremos por todo Porto, las casualidades son sorprendentes.
La librería Lello … cuando traspasas el umbral la escalera como una laringe gótica en caracol y el lucernario de cloisonne, el artesonado del techo, los railes sobre la tarima para trasportar en pequeñas vagonetas los libros, sólo quedan los railes, hay pocos libros en castellanos y muchos, pero muchos turistas alemanes que son precedidos de la guía con un girasol rídiculo por estandarte.
El calor es considerable para este octubre otoñal, salgo a la calle, cercana está la rua de Santa Catarina ; hay otra presencia por las calles que no son turistas ni transeuntes … los mendigos, que son muy viejos, que son muy pobres, minusválidos algunos y no permanecen quietos, caminan arriba abajo, musitan letanías con toc toc de muletas de madera, es la otra cara, la que nadie fotografía.
En esta misma rua está un café modernista, una obra maestra del art noveau portugues.
El majestic y un poco más allá, en la acera de enfrente la fachada tiene un gigantesco león de piedra que ofrece su perfil majestuoso.
Prosigue el mapa en otro día que me llevara por el Tejo (Tajo) y Lisboa ha despertado para mí.
Qué blanca se me cuela por la retina y sus callejuelas estrechas que son túneles a descubrir en viejos tranvías deliciosos con asientos de madera; el conductor es un cascarrabias peinado a lo Quo vadis
despotrica contra el tráfico y mientras los pasajeros suben y bajan.
Alemanes otra vez, lusitanos blancos y negros, una mujer joven negra se sube y se instala en un asiento; consigo lleva a una niña de meses, que se amamanta en el trayecto, veo su pequeña mano llena de hoyuelos, saciada levanta la cabeza y me mira.
Y en esos ojos tan sombra, tan serios, tan jóvenes y tan viejos me pierdo, me calo en esa mirada y las comisuras de mis labios se estiran encandiladas, le hago una foto mientras su madre me observa complacida.


Las ventanillas están abiertas, salpican las buganvillas algunas fachadas en explosión de color.
Lisboa está llena de parques umbríos, de secretos rincones donde las fuentes rasgan en espacio sonido-luz.
Hay callejas de ratas, sucias, conchabadas, descascarilladas, reventadas con tufillo a marginalidad y pobreza, ruas profundas.
Y hay castelos imponentes, como el de Sao Jorge que tiene un periscópio en la Torre de Ulisses, antaño se guardaba el archivo real ahora el artefacto inventado por Leonardo da Vinci; único existente en Portugal permite observar la ciudad a 360º en tiempo real.
Vestigios musulmanes en sus muros, en la colina más alta y suena una guitarra a extramuros. Vestigios romanos, fenicios, celtas, judíos, tartesos,barrios de Alfama.
Multitud de iglesias y el monasterio de colosales dimensiones de los Jerónimos, los fotones tornan en rosa y anaranjados sus agujas verticales; terra de Saramago, Pessoa; omnipresente el culto católico en todas las plazas y sin querer pienso en el sacramento de la comunión, ese rito antropofágico.... el cuerpo y la sangre de Cristo...y yo sólo creo en la luz.
En una esquina un mimo vestido de blanco con un organillo toca un nostálgica tonada.
La torre de Belem custodia.. antes el monumento a los descubridores en una proa bestial queriendo ampliar horizontes ya descubiertos.
Y más músicos por las esquinas, algunos con una especie sistros, otros con instrumentos de cuerda, de percusión; el fado se palpa, se palpa el destino, se palpa a la gente amables, sonriente y cortés, se palpan discusiones de gente que sobrevive como puede, como en cualquier barrio, de cualquier parte de cualquier mundo.
Busco esa escultura de Calder roja.
Se huele la mar y con tristeza le dices en otra hora, en otro segundo mientras surcas otro puente de 16 km por el Tajo, le dices … le dices tan sólo...y solo un adiós más.

martes, 6 de octubre de 2009

Las alas de lo sórdido



Picasso se sentó en una terraza, era verano, el calor invitaba disfrutar al aire libre y tomarse un aperitivo.
Muy cerca de él, una pareja con un niño le reconocieron, asombrados comenzaron a planear como podrían conseguir un codiciado autógrafo; decidieron que el niño se lo pidiera, ya que pensaron que  Picasso sería incapaz de negárselo.
 El niño llevaba tan sólo un pantalón sin camisa, el chiquillo obediente se acercó a Picasso; le pidió el autógrafo.
Picasso alzo los ojos miró a los padres y con una sonrisa triste e irónica cogió el bolígrafo y le “tatuó” su firma en la espalda.
Únicamente dijo mirando a sus padres:
Ahora véndelo.
Esto fue cuando Picasso se convirtió en firma.

Algunas de las conjeturas oficiosas que circulan sobre Dalí es que a su vejez, firmaba hojas en blanco, lienzos en blanco. ¿Son ciertas o no?
Yotras cuenta a media voz que en los submundillos de los marchantes de arte, éstos establecen contratos estanco, en los que el artista les es imposible vender su obra a nadie fuera de ellos.
Para otros uno de los terribles condicionante resulta la imposibilidad de cambiar de “estilo”,  ya que ese estilo es el que le ha dado el prestigio y por consiguiente es una marca, si lo hacen deben modificar su firma.
Hay “firmas” que se ayudan de otros creadores menos reconocidos, para que les sirvan de “negro” ; es decir, que les hagan todo el trabajo para ellos limitarse a dar cuatro pinceladas y rubricar.
El coloso y la lechera de Burdeos de Goya levantaron un verdadero maremoto entre algunos especialistas que sugerían que debían de ser reubicadas cuando la fue puesta en duda la autoría de Goya  el director del museo se niega mientras que las pruebas realzadas al cuadro descarte que es Goya su autor.
Desde el renacimiento y antes gran cantidad de maestros ante la avalancha de encargos, utilizaban ayudantes o discípulos.
 Con posterioridad algunos de ellos han sido considerados maestros, otros u otras, porque desde el renacimiento es conocido que las mujeres trabajaban en estos talleres como ayudantes, algunas de ellas con obras propias como Sofonisba Anguinosola o Artemisia Gentilessi.
Camille Claudel acusaba a su amante y maestro Auguste Rodin de apropiarse de algunas de sus obras , haciéndolas pasar por suyas.
Pero a Camille fue ingresada en un manicomio por su propia familia que jamás aprobó con la excepción de su padre que desarrollara su talento, totalmente recuperada de sus crisis, durante años pidió su salida, pero ni Rodin ni otros de sus amores, ni su familia, la ayudaron para salir de allí.
Por tanto no hay ninguna seguridad de que alguna obra lleve la firma que le corresponde, eso si la lleva.
¿Hay obras de autoría taxativas ?
¿Qué es lo importante, la firma o la obra?
¿Se la valora en función de esto?
Ante tanto trapicheo y tanta especulación mercantil, ha sido y es convertido el arte, en un cheque en blanco o en negro, y todos quieren coger el tren de la cloaca; unos por simple beneficio, otros por inmortalidad por asociación.
Si bien es cierto algunos de esos adinerados que adquieren esas obras de arte para su disfrute privado concluyen porque además desgrava impuestos y les otorga una aureola de benefactor de la cultura, si  esa colección  en  e una fundación o museo que lleve su nombre y de ahí esa inmortalidad por asociación.
Si me retrotaigo a la historia del mecenazgo, poquísimos mecenas han "protegido" o ayudado a que un artista desarrolle su talento con total libertad, por esa frase hecha de: Amor al arte.

 Para “pasar” a la historia, llenarse el bolsillo, bien por un robo para venderlo o bien por un atentado contra esa obra, uno de los casos más conocidos por actos vandálicos y sucesivos robos en esa otra
otra inmortalidad por asociación para  salir en primera plana y anales de emeroteca o televisión.
Es el caso de la obra más emblemática de Leonardo da Vinci, la Gioconda y por ello el museo decidió protegerla con un cristal blindado y además de jamás volviera a salir del Louvre.
En 1911 la robaron y desapareció durante dos años.
En 1956 la rociaron con ácido dañando su parte inferior.
En ese mismo año le tiraron una piedra, que daño la pintura en su codo izquierdo.
En 1974 en un museo de Tokio, donde fue prestada para su exposición, trataron sin conseguirlo de rociarla con un spray rojo.
El mismísimo Picasso estuvo involucrado en uno de los robos de la Gioconda, aunque sobre ese asunto hay un cortina de humo, que en verdad no esclarece porqué y hasta dónde alcanza la involucración del pintor de la Señoritas de Avignon.

Pero continuamos con Picasso,  y a otra de sus conocidas frases:
Cuando era un niño pintaba como un adulto y he necesitado toda una vida para pintar como un niño.
Me atrevo a darle la vuelta a esa frase:
El ideal convertiría a los artistas pintando como niños por simple placer, por la simple necesidad de expresarse, para eso no hace falta una vida... o puede que sí.
¿La profesionalidad, salvo en contadas ocasiones, va en contra del talento y la libertad de la artista?.
Diría un rotundo sí,  que así ha sido siempre, que en ocasiones la posteridad ha rescatado el talento oscuro, relegado y maldito de algunos considerados ahora como genios que nunca fueron protegidos por mecenazgos ni por el poder sea cual fuera éste.
Te preguntas constantemente si el talento es un don o es un castigo...
Y si es una pretensión ridícula por mi parte que el arte sea protegido en un mundo donde nada es respetado ni los más básicos derechos humanos, pero mi pretensión es utópica y la utopía es una razón más para vivir, para luchar por ella aunque la desarrolles desde el pensamiento y el sentimiento en tus acciones vitales.
Es lícito que un artista reciba una remuneración por eso que ha elegido para desarrollar como un trabajo, seguramente es lícito con todos sus inconvenientes.
Cuando el ser humano en la cavernas pintó por primera vez, porqué lo hizo...
Sólo se me ocurre decir que fue por necesidad, por impulso espiritual, sin ninguna razón y sin ningún beneficio, por la magia dentro de ellos mismos, dejaron sus manos sobre la piedra.
Algunos estudiosos, especulan la teoría, de que esas manos impresas en negativo y positivo eran una firma, como si ya entonces la posteridad les preocupase, por tanto su consciencia de la muerte y por tanto aún no existía una religión que le garantizara una inmortalidad para esa conciencia de espíritu que sin forma, quizá sí sentían dentro.
Siento que no, que no eran una firma, pero sólo es una intuición, quizá todas esas manos juntas en grupo simbolicen, unión, clan, el tacto de sus espíritus, pero quién sabe.

 Algunos artista ( lo que llamarían aficionados) exponen su obra sin ánimo de lucro, internet es un magnífico escaparate para hacerlo, algunos con sus nombres o seudónimos.
¿Cuál es su pretensión? será la de siempre expresar y compartir con otros lo que sienten, imaginan o piensan.

Y como siempre algunos artistas anónimos en la calles y callejas  continúan creando, su obra efímera se ve expuesta al borrón y cuenta nueva de los censores de la limpieza municipal o de otros grafiteros que superponen la suya.
Pintan riachuelos negros, lágrimas blancas, tapas de inodoro, alas a la sordidez.

Foto de un grafiti anónimo.