Ars longa, vita brevis

jueves, 10 de enero de 2019

Tríptico por azar

Bastidor y bordado de Sheena Liam


Amiga te contemplo mientras suena

lusi indescai uiz daiamons
tus dos trenzas nostálgicas
del colegio de monjas caserón
donde el amor tendiera sus acechos
en los libros de misa las señales
que te dejó en la frente varicela
te veo la boca amor acantilado
donde rompe tu voz...
y como veo también
las señales del tiempo consumido a mi lado
-la música cesó- recojo la mirada
y la vuelvo pasando por tu brazo
por tu muñeca donde son
las siete de la tarde
y la llevo hasta el cielo inanimado
que hoy amenaza lluvia.

Marzo de  1970

                              Aníbal Núñez







Formo este tríptico que se articula sobre el verso central de Aníbal Núñez, poeta salmantino y pintor del que intuyo que le hubiera, por qué hablo en pasado, le place verse acompañado por este bordado que rompiendo la representación plana se convierte en bidimensional y por tanto en más real que pertenece a esta artista fascinante que es Sheena Liam.
La canción la introduce Aníbal con ese lusi indescai uiz daiamons como segundo verso ya que el primero es el título.  Lo escribe tal como lo escucha  y no como se escribiría en inglés: Lucy  int he sky with diamonds.
Creo que fue la tercera vez que lo leí cuando caí en la cuenta que era esa canción de los Beatles. Pensé en que era ingenioso y después pensé en que cada artista  tiene ojos de caleidoscopio aunque ese lenguaje sea plástico, musical, poético etc es único y desea ser entendido o por lo menos escuchado con ojos, oídos, tacto, con mente  corazón deseando ser tiempo actual siempre y no pretérito. 
Me explico en una ocasión leí que cualquier obra de arte que termine  ya  pertenece al pasado. 
Sin embargo pienso que una obra de arte siempre le habla al hoy, al ahora, al presente. 
El arte no es otra cosa que tiempo detenido que lucha contra lo efímero,  vida que lucha contra muerte. 
Ese verso no habla de mí, ni tampoco lo hace ese bordado, ni la canción de los Beatles, pero yo una vez tuve dos trenzas que me hacía para ir al colegio de monjas, en la frente tengo y tuve alguna marca de varicela y el amor me acechaba. En el recreo escuchábamos canciones de los Beatles que cantábamos. No era yo esa amiga que contemplaba el poeta Núñez y no obstante lo era, lo soy y lo seré siempre.  
Tengo una  extraña sensación de eternidad con este tríptico que fortuitamente he juntado. Me enseñaron a buscar a Dios fuera, nunca me gustó ese Dios, la sola idea de un dios me repugnaba y terminé por no creer en nada. Ahora busco la creación dentro de mí, sé que es igualmente un misterio indescifrable, pero la siento con fuerza dentro como nunca la había sentido o quizá sí cuando tenía aquellas trenzas. 
El arte desde el hoy a veces con golilla o jubón de caballero o con un uniforme de colegiala lucha con su memoria pintada contra el olvido. 

Enero 2019