Ars longa, vita brevis

sábado, 19 de septiembre de 2009

Entre Theo y Vincent






Entre Theo y Vincent

Algunos personajes convivieron compartieron vida
aliento y locura con Vincent pero esta nota la dedico a la fraternidad consanguínea debido al protagonismo que compartió más allá de lazos familiares por su fe en el v

alor de alguien que vivió para crear.
Resulta singular que Van Gogh fuera un paréntesis de existencia entre dos de sus hermanos. Recibió su nombre de su hermano mayor que había muerto un año antes que él e incluso nació el mismo día.
Su vida y obra le ha convertido en uno de los iconos del arte por antonomasia con su aire de maldito, incomprendido, temperamental de lúcido loco solitario. Pero siempre hubo una persona que estuvo ahí; su hermano Theo, le llevó consigo a París poniéndole en contacto con otros artistas; entre ellos Paul Gauguin. Contar cuentan mil y una leyendas sobre lo que aconteció entre ellos y que dio lugar a la famosa amputación de su oreja.
¿Qué oreja fue, la izquierda o la derecha? os dejo este pequeño acertijo y una pista Vincent realizó el autorretrato mirándose en un espejo, cuando Paul tras la última pelea huyó de la casa amarilla Vincent pintó su ausencia en una mecedora vacía.
Con Emil Bernard compartió epístolas y amistad toda su vida, a Emil le debemos un conocido cuadro sobre su muerte y duelo.
Toulouse-Lautrec retrató a Vincent con rayas de tiza en delicados colores mostrando su perfil siendo el único retrato en perspectiva de quien se hizo multitud de ellos.
Le presenta como un animal al acecho a punto de saltar, la idiosincrasia obsesiva delante de una copa de ajenjo.
Theo mantenía a su hermano el único que le valoraba como artista en una época inadmisible para un creador como Vincent e intentaba vender sus cuadros (sólo vendió uno, el viñedo rojo) ya que trabaja para una conocida empresa de marchantes de arte.
Mantuvieron una correspondencia hoy muy difundida (cartas a Theo).
Una de las frases Van Gogh me toca el alma “Si algo en el fondo de ti, te dice: Tú no eres pintor, es entonces cuando hace falta pintar”.
Cada una de sus pinceladas empastadas y sinuosas, de sus gamas de contrastes complementarios demuestra el resultado de la lucidez la cordura plástica en todos y cada uno de sus lienzos.
Nunca nadie había pintado un par de zapatos como motivo principal, una composición tan novedosa y tan sentida, su autorretrato veraz andariego como una teoría de los nudos quizá... necesitaba la pintura para no enloquecer.
Su ingreso en la casa de salud (por usar un eufemismo) gestionado y costeado otra vez por su hermano que nos dejó su habitación azul y algún retrato del doctor Gachet.
Un día Vincent simplemente disparó un tiro (especulaciones de última hora pretenden demostrar que por el contrario trataron de asesinarle) ese tiro tenía batir de alas negras de cuervo en un trigal amarillo, no murió de inmediato fue trasladado a su alojo donde agonizó prohibiendo que ningún medico le asistiera, aguantó hasta que su hermano acudió cuando lo hizo se quedaron a solas y nadie sabe lo que hablaron, más tarde se apagó como se apaga una vela tan brillante y tan fogosa que no quiere alumbrar más.
Theo dijo entonces: la tristeza quedará para siempre.
Theo le sobrevivió 6 meses, están enterrados juntos en Auvers, uno al lado del otro.
¿Qué sentía, qué creía sobre la eternidad o una existencia sobrenatural el vesánico Vincent?
Su fe en una actividad post- terrena, lo que el llamaba “pintor mariposa” (antes en la tierra gusano) en actividad imperecedera de estrella en estrella, dedicándose sólo a pintar pero en favorables condiciones, en una existencia donde nada se opone para crear en otros soles, en otras líneas, formas y colores.
Él mismo describía que para poder sufrir esta metamorfosis necesitaba un medio de locomoción, y si de nada sirve un tren para viajar cuando uno está muerto y de nada sirve estar vivo para viajar a las estrellas. También hablaba sobre la ideas suicidas, donde mostraba su lado sarcástico; “todos los días tomo la medicina que prescribe el
incomparable Dickens contra el suicidio; un vaso de vino, un trozo de pan con queso, y una pipa de tabaco” ( letters,III,452) dirigida a su hermana Wilhelmina.
Tomó la la locomotora sideral con forma de bala aquí quedó su ondulada noche estrellada.

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