Esta pintura es de Adolf Hitler, existen muchas más e incomprensiblemente han alcanzado un precio desorbitado en los mercados del arte, incluso se venden por internet como postales. ¿Quién desearía poseer una obra del fürher?.
Al margen de coleccionistas morbosos, la obra del alemán genocida y criminal por antonomasia, diría que es un tanto ramplona, fue rechazado en la Academia de bellas artes de Viena al menos en dos ocasiones y llegó a dedicarse, (antes de ser el aladid de la raza aria) a pintar por las calles y vender sus obras en ellas.
Albert Speer, (arquitecto), Leni Riefensthal (actriz, directora y exploradora) mientras Fritz Lange o Robert Wiene se exilaban fuera de Alemania, Leni que ya había ganado un premio con La luz Azul en la mostra de Venecia; obteniendo proyección internacional, colaboró con la industria propagandística del tercer reich y su régimen totalitario con obras como: La victoria Larga (1933) y El triunfo de la voluntad (1936), tanto Coppola, Georges Lucas como Mick Jagger la consideran como una documentalista controvertida y genial.
El busto de Adolf fue esculpido por Arnol Brecker, otro artista que se cobijó tras el ala del nacional solicialismo, su obra fue alabado por Cocteau y Salvador Dalí, a los que también esculpió. Se dice de Becker que utilizó su influencia para salvar a Pablo Picasso de los campos de concentración, circulan numerosas leyendas; al malagueño cubista ya le habían ofrecido asilo en América incluso antes de la invasión a Polonia, él siempre se negó a abandonar París, lo que le dió fama internacional, cierta o falsa la intervención de Brecker, los nazis no espolearon a Picasso, a pesar de considerar las vanguardias como un arte degenerado, (no así con otros artistas que huyeron) la belleza física era un atributo de etnia o raza superior, de ahí que consideraran las obras de los anteriormente citados como óptimas para propalar una estética de dioses con la banda sonora de fondo de Wagner.
Los griegos estimaban que cuanto más perfecto era un cuerpo humano más se parecían a Dios. El canciller del ridículo bigote montó en cólera y abandonó la olimpiada, cuando el atleta negro Jesse Owens (la saeta negra) obtuvo cuatro medallas de oro en 1936. Aunque al principio se negó ni siquiera a saludarle, más tarde Owens declaró que lo había hecho.
No son los primeros ni los únicos casos de colaboración a la sombra del poder establecido.
Zoran Music, nacido en Gorizia (Eslovenia) fue arrestado y llevado al campo de exterminio de Dachau, sobrevivió al horror de los barracones y la duchas de Cyclon-B, aunque no halla pruebas fidedignas de que se utilizaran cámaras de gas allí, existen así como los hornos crematorios, en este campo recluían a intelectuales, religiosos, disidentes, gitanos, etc. Influenciado por Egon Shiele, Gustav Klimt, Otto Dix, Georg Grotsz y los españoles: Goya o el Greco tras su paso por Madrid.
Zoran expuso varias veces su vida dentro Dachau para obtener pigmentos y papel para plasmar su fascinación por el montón de cadáveres hacinados como troncos, la literas agonizadas, las piernas y los brazos hacinados sobresaliendo, tenían una trágica belleza. Salvó algunos de sus dibujos ejecutados en Dachau y más tarde empredió una serie:" Nosotros no somos los últimos" retratos de fantasmas de una aparente belleza clásica.
Él decía: "No trato de hacer una declaración pomposa cuando pinto cadáveres. No se trata de una protesta es algo que sucedió".
Mi sensación al mirar las obras de Zoran es la de una tristeza, una melancolía subyacente en cada trazo, en cada color, nadie puede permanecer indiferente cuando sus dibujos te penetran, no son obras de gran formato ni de compleja composición, no tiene artificios grandilocuentes y tampoco son una exhibición cadavérica y huera.
¿Es imposible olvidarse incluso en las condiciones más abyectas, no sólo porque estés privado de libertad, no sólo porque seas testigo de los actos más pérfidos, de que quebranten tu cuerpo y alma en un holocausto de cenizas, es imposible olvidarse de qué sé es artista?
¿Es posible dibujar, pintar el horror con poesía?
Sí, cuando Music lo hace.
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