Santiago Rusiñol de pincelada luminista, trazo impresionista y gama quebrada en los jardines de Aranjuez desarrolló varios talentos el de poeta y escritor invariablemente en catalán, (poemas: Oracions, dramas como L´alegria passa, Cigals et formigues, etc). Debido a una afección reumática ingería un analgésico opiáceo, lo que comenzó como un alivio para su enfermedad, se convirtió en una adicción severa, de la que consiguió liberarse con un esfuerzo ímprobo.
Irrumpe en sus escenas costumbristas, un cuadro impactante una obra de factura precisa e íntima; cuya composición es horizontal y armonizada, la expresión del rostro, la mano aferrando
crispada las sábanas nos describe el éxtasis, la tensión del efecto de la ingesta, la sustancia que da el título al cuadro: La morfina.
Irrumpe en sus escenas costumbristas, un cuadro impactante una obra de factura precisa e íntima; cuya composición es horizontal y armonizada, la expresión del rostro, la mano aferrando
crispada las sábanas nos describe el éxtasis, la tensión del efecto de la ingesta, la sustancia que da el título al cuadro: La morfina.
Si asomamos a algunas de las biografías de poetas y literatos descubriremos multitud de ellos han sucumbido a las drogas de diversa índole: Charles Dickens, Doyle, Stevenson, Artaud, Baudelaire, Allan Poe, de Quincey, Aldous Huxley, Michaux, Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Kerouac etc, etc. Incluso filósofos como Nietzche.
Sexo drogas y Rock and Roll, los biopic las biografías narradas en celuloide, pateadas en escenarios; alumbradas con cañones de luz, octavas de guitarras eléctricas, voces desgarradas, roncas -me pongo hasta las trancas de caballo o de anfetas- en grupo o en solitario. A horcajadas cabalgaron en un jaco con nombre de sobredosis, Janis Joplin o Jimmy Hendrix.
Stanley Kubrick afirmaba que nunca había consumido drogas, declaraba: Creo que en realidad las drogas son más útiles para la audiencia que para el artista.
Frank Zappa tenía una oposición total al consumo de estupefacientes.
Bill Hicks, humorista, famoso por sus monólogos de tinte negro sobre religión, la guerra o las drogas apostillaba: Si tú no crees que las drogas han hecho nada bueno, hazme un favor, ve a casa y coge tus vinilos, cd´s, cassettes y quémalos.
Drogas duras o blandas, drogas que alteran las facultades tanto del comportamiento, la percepción, el juicio o las emociones. Drogas para crear o para disfutar hedonísticamente de lo creado, drogas para trabajar, para ponernos a salvo del dolor físico o psíquico.
¿Qué entendemos por drogas...? Nicotina, alcohol, café - el consumo de 5 tazas de café seguidas al día te resuelve enganchado a la cafeína- teína, cannabis, la Cola Cola e incluso el chocolate, el uso compulsivo del sexo, las compras o la comida, el juego, barbitúricos, sedantes etc.
¿Proporcionan las drogas inspiración y/o la estimulan? ¿Son coercitivas?
No cabe duda que sin talento sin sensiblidad sin inteligencia es imposible crear o disfutar de lo creado y de igual forma tampoco son necesarias tanto para como para otro pero...
Incluso desde nuestro pasado más lejano los chamanes, pitonisas, sacerdotes de un culto u otro han usado los narcóticos, alucinógenos para provocarse visiones. Los enteógenos son sustancias cuyo potencial ha sido comprobado y consensuado para ver dentro de nosotros.
Existe y persiste un debate en la sociedad: ¿Deben ser legalizadas las drogas?.
Antonio Escohotado, filósofo, profesor universitario, ensayista, con trabajos sobre el derecho y la sociología; considerado una eminencia sobre el tema debido a su obra: Historia General de las Drogas; propone un consumo responsable e informado -el mercado negro impide, el arte de tomar drogas, que es el arte de dosificarlas-.
La legalización actuaría contra la marginalidad a la que muchos adictos se ven abocados.
La polémica está servida, la historia también.
La polémica está servida, la historia también.
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