Ars longa, vita brevis

lunes, 5 de septiembre de 2011

La armonía del titanio








El arquitecto Frank Ghery diseñó el museo Guggenheim de Bilbao, es uno de los cinco museos del mismo nombre que fueron patrocinados por el mecenazgo de la familia Guggenheim. 
La arquitectura trabaja más que ninguna otra arte con el concepto del espacio, le es necesario unos límites físicos y concretos creando un volumen que ocupa un espacio, un recorrido que implica un vacío con una dimensión temporal en el interior del edificio.
En la pintura percibimos una realidad bidimensional al utilizar el pintor alto y ancho, la tercera dimensión ( la profundidad) se produce por el efecto de la valoración en la luz y las sombras.
En la escultura nuestra percepción es tridimensional.
Con la arquitectura se verá introducido una nueva circunstancia: nosotros.
Nos podemos limitar a contemplar el interior sin movernos del sitio, tendremos entonces una apreciación bidimensional o como máximo tridimensional pero al recorrer su interior al asomarnos por las ventanas e introducirnos por las puertas subir o bajar las escaleras generamos la cuarta dimensión; el tiempo que al recorrerlo nos da los múltiples puntos de vista del espacio y del edificio tanto en el interior como en el exterior.









A menudo en un museo los visitantes ignoran de forman manifiesta o por omisión de un protocolo básico. Unas normas de conducta como son: no tocar las piezas expuestas con la excepción de que esté permitido.
Lo correcto sería echar los brazos hacia atrás al aproximarnos a una obra para apreciar sus detalles o leer la cartela que suele acompañarla con su título y dimensiones concretas sin rebasar el límite que suele estar marcado en el suelo.
No hacer fotos ( en algunos está permitido siendo una cuestión mercantilista su prohibición)) sobre todo con flash ya que en el caso de la pintura la constante exposición a estos la dañaría. También es importante el volumen de nuestras voces ya que un tono demasiado elevado podría molestar a otros visitantes.
Los niños deben permanecer al lado de los adultos que los acompañan y entender que un museo es un espacio para disfrutar y aprender pero sobre todo a comportarnos respetando el mismo y considerando a los demás.








Frank Ghery sostiene que la arquitectura es un arte como la escultura pero transitable donde hallar la armonía con el entorno y su funcionalidad como edificio.

Su arquitectura impactante resuelta con volúmenes geométricos simples parecen desafiar la gravedad empleando en las fachadas el uso del metal, el cristal, el ladrilllo.
Las formas cúbicas del museo de Bilbao se muestran recubiertas de placas metálicas siendo el único de sus edificios con esta cobertura de Titanio y este material le da un doble significado por una parte recuerda la anterior industralización de la ciudad y por otra parte la lanza al futuro.
La luz juega con esta piel de metal pudiendo incendiarla, iridisarla o dorarla dependiendo de ello algo tan inestable como es la metereología.
En la noche precisa de una iluminación especial ya que se tornaría completamente negra e invisible.
El interior ondulado, cristalino y diáfano donde nuestros sentidos lo advierten ascendiendo descendiendo tanto si nos situamos desde el espacio Zero o en la última planta o si observamos el paisaje desde la altura dentro del museo por los amplísimos ventanales o la terraza.
Las esculturas transitables de Ghery absentas de despejar indiferencias, en absoluto pasan desapercibidas desde aquel pajar que fue su primer trabajo hasta sus edificios vanguardistas más reconocidos.
Sidney Pollack realizó en 2005 un documental: Apuntes de Frank Ghery, planteándolo como diálogo íntimo, el de dos viejos amigos.http://youtu.be/Vu9orvtStdY
Visita virtual del museo:
http://www.guggenheim-bilbao.es/visita_virtual/visita_virtual.php?idioma=es: