Ars longa, vita brevis

viernes, 8 de junio de 2012

La postal



Querido amigo:

Al fin en New York. llegué ayer y aún no me he repuesto del jet lag ni del valium ni los whikyses que me metí entre pecho y espalda en el avión; pero sobretodo del terror del viajecito, no veas que travesía rechinado el maldito fuselaje toto el tiempo aún así fascinado por esta ciudad, dopado y gagá no he podido evitar en taxo driver amarrillo recordar a de Niro, je je.

Te envío la postal prometida y esta carta en otro sobre cerrado como querías en papel y no vía mail pero aquí la sorpresa adivina dónde he estado hoy... 

Ya ya sé que querías una postal de la estatua de la libertad ( giri ) pero no me digas que ésta ni te la esperabas y además con estas letras, te caligrafío desde el vestíbulo del hotel en la 222 Oeste de la Calle 23rd, entre la séptima y octava avenida.

¡Coño tío me he emocionado! y eso que sólo he visto la planta de abajo, uno de los recepcionistas ha sido muy amable, me ha dejado curiosear e incluso hemos hablado del futuro del hotel que tras una serie de cambios de director y dueño seguirá abierto. Esta mole de ladrillo rojo con habitaciones y apartamentos cobija todos los fantasmas y leyendas literarias y artísticas de América, para serte sincero es un parnaso tétrico pero tan estimulante que me han gorgojeado insectos en una tripa ya de por si maltrecha.

Me he salido un momento a fumar antes de escribirte para serenarme un poco y digerir lo que he visto, olfateado, tocado y escuchado como un detective trasnochado a lo Philip Marlowe. Me dado una vuelta en el ascensor vacío sin Brigitte Bardot ni Leonard Cohen ni Janis Joplin. 
¿Conoces la famosa anécdota ? Cohen se alojó aquí en los sesenta tomó el ascensor con la esperanza de encontrarse con la Bardot pero a la que encontró fue a Janis Joplin, lo demás fue historia hecha canción ahora escrita en la última estrofa de la postal...

Al bajar en el vestíbulo admiraré todas las ilustraciones, obras de artistas famosos que lo decoran, la mayoría en pago del alquiler a Stanley Bard, el antiguo director del hotel, él las aceptaba aunque no las de todos, ni las Patti Smith ni las Mapplethorpe así que abonaron su estancia como correspondía.
Hace unos meses o el año pasado creo, Patti confesó porque debe ocurrir que en tus memorias sientas la necesidad de confesión y dejas salir la verdad o quizá te inventes una o varias... “que la luz del hotel no era una luz natural si no vertida por la lámpara y al bombilla del techo, intensa e implacable, pero que parecía impregnada de una energía única”.

A este inmueble tapizado de ladrillo le apagaron las bombillas algunos sucesos macabros como la muerte en los setenta de la groupie Nancy Spungen apuñalada presuntamente por Sid Viciosus, el de los Sex Pistols, por cierto desde entonces el número de la habitación el 21 fue eliminado y del 20 pasa a la 22 o como la borrachera monumental que llevó a la muerte al dipsómano glorioso Dylan Thomas incluí unas estrofas de sus versos te los he puesto en el segundo párrafo de la postal...

Milos Forman se dejó en recepción uno de sus oscars y Henry Miller se instaló aquí después de la separación de Norma Jean Marilyn Monroe. 
La visita improvisada ha sido como recorrer un parque temático de arte por sus recuerdos e inspiración por cierto creo que le han escrito varias memorias uno de ellos Dee Dee el de los Ramones, otras ya más recientes han relatando el paso beat por aquí de Jack Kerouac (escribió The road en una de sus habitaciones), Allen Ginbersg y Gregory Corso, Jane fonda, Nico de la Velvet, etc, etc, e incluso Madonna encontró aquí la localización para sus fotos de su polémico libro Sex en los noventa, además de Andy Warhol que ha sido otro de los que han filmado sus cimientos reconvirtiéndolos al pop.  

Sí... que tiene una aureola popular, accesible, cercana, para contar sus otras historias de anónimos que también jadean en la nostalgia de sus muros. 
Sólo dos alientos más Arthur C. Clarke manuscribió aquí “2001: Una odisea en el espacio” y esto sé que te va encandilar el otro Dylan escribió y tocó: “Sad Eyed Lady of the Lowlands” y la mayor parte de los temas del mítico “Blood on the Tracks” cuyo título, el de la canción, encabeza la postal... 

Por lo demás me despido por ahora no podrás librarte de mí ni en la distancia, Sara te manda un beso y yo un abrazo bizarro.