Ars longa, vita brevis

miércoles, 3 de abril de 2013

La gira de Sam








CONVULSIÓN

Si pudiera verme ahora, seguro que se enamoraría de mí, me apuesto lo que sea. Me apuesto lo que sea a que sí. ¿Cómo podría no hacerlo? Miradme. Miradme ahora. Como estoy. Si pudiera verme así: esperándola, horas antes, mucho antes de que llegue, buscando cualquier señal o sonido suyo. Vería lo entusiasta que soy. Vería la desesperación en mi pecho. Si pudiera verme ahora, desde la distancia, sin que yo supiera que me está mirando, me vería tal y como soy. ¿Cómo podría no sentir algo por mí, entonces? Algo, o quizás no. Quizás eso es..., o sea, a lo mejor las actitudes como ésta provocan repulsión. No sé exactamente cómo funciona pero..., a lo mejor nace un sentimiento de revulsión cuando alguien es demasiado entusiasta..., demasiado disponible, demasiado dependiente. No lo sé. Alguna convulsión. No. No, eso no. No es eso. Ni siquiera es una palabra, ¿no? Convulsionar. Si pudiera recordar aquella vez, ¿cuándo fue...? Aquella vez en Knoxville cuando estábamos besándonos en el tren, aquel beso largo, largo que nos dimos, despidiéndonos, y de repente el tren empezó a moverse, pero yo no tenía que acompañarla, o sea, ésa era la razón por la que nos estábamos despidiendo, porque pensábamos que no nos veríamos durante mucho, mucho tiempo y estábamos concentrados en ese largo..., sólo besándonos y besándonos y de repente el tren se estaba moviendo y no había manera de bajarme. Árboles y casas desaparecían a toda velocidad. Al final me dejaron en la estación siguiente, que estaba a muchas millas de distancia, y allí estaba yo, esperando durante horas el próximo tren de vuelta, o sea, si me hubiera visto entonces, de pie allí, esperando, seguro, seguro que me querría. O sea, cómo podría no tener algún..., no sé. Ya no sé qué es lo que hace que las cosas pasen, esa conexión. Si es que alguna vez la hubo.

¿Por qué pienso
"Este tipo está completamente loco"
Sentado en un bar de pueblo
Vestido con un traje de terciopelo negro, con chaleco
Oliendo a Marica de la Calle Catorce
Con un tic nervioso en unos ojos pardos
En los que casi no se ve la pupila?

¿Por qué pienso
"Este tipo está chiflado"
Cuando pregunta si ha nevado alguna vez en San Francisco
Si Herb Alpert toca a veces música clásica?

¿Por qué pienso
"Este tipo está majara"
Cuando me dice que tiene muchísimo talento
Pero le falta tiempo para desarrollarlo?

¿Por qué pienso
"Este tipo está como una chota"
Cuando coge la jarrita de la leche
Y la llama "Esta vaquita tan mona"?

Sé por qué
Porque no oculta
La desesperada distancia que le separa de la gente

12/79
San Anselmo, Ca.

Relato y poema de Sam Shepard.

La primera vez que tuve referencia de Sam Shepard fue por la película París-Texas hasta entonces era un perfecto desconocido para mí. El guión de la mítica película le pertenece lo que comenzó como un descubrimiento para abrirme la puerta o más exacto la salida de emergencia de las crónicas que Sam Shepard ha hecho de los perdedores, esos personajes carismáticos de la derrota; la crema literaria que de tan reales aunque fabulados constituyen las leyendas alienadas tan emotivamente ensimismadas por lo absurdo, incongruente, patético, irónico, salvaje, subversivo lo satírico con sus sueños maltrechos atrapados en un bucle presente sin escapatoria y aún son poéticos resultando imposible no reconocerse en ellos porque el transcurso por la vida de alguna u otra forma acabas convirtiéndote en un perdedor...
El destino es un camino en un tiempo cubista es decir compone la realidad y la memoria la serie de hechos vividos al reconstruirlos presentándolos todos a la vez al recordarlos somos conscientes de todo lo que hemos perdido (arrendando las “ganacias” como no) lo que se ha quedado en los márgenes del camino.
Disquisiciones mías al márgen centrarse en Sam Shepard el cual por el contrario no pertenece al grupo de lo que se entiende por un perdedor sino de un triunfador ya que ha desarrollado su talento diversifícandolo como escritor de guiones, actor, músico, poeta; aunque por lo que es más valorado es por su obras de teatro ( algunas de ellas incluso las ha dirigido) considerándolo el sucesor de los grandes narradores estadounidenses.
Lo que cierto es que Sam conocido y apreciado es globalmente o indistintamente en su versatilidad por los aficionados a la música o al cine o a la literatura bien por su faceta de actor; comenzó esta andadura con Bob Dylan en la única película que hizo Bob: Reinaldo y Clara (un rotundo fracaso según la crítica más tarde retirada por el propio Dylan, se cuenta que Shepard participó en el guión) bien como músico ya que compuso en los setenta junto a Bob la canción Brownsville Girl perteneciente al álbum Desire inspirada en la agitada gira de la que Sam escribió otra crónica titulada : Rollins Thunder Revue: con Bob Dylan en la carretera. Publicada en España por la editorial Anagrama.
De su relación con la poeta y estrella del rock Patti Smith dio a luz la obra que escribieron en conjunto: Cowboy Mouth.

De Sam Shepard apunto muy brevemente su vital cubista retrato futurista constumbrista de un realismo crítico, los sesenta y nueve años que han dado y darán para mostrarlo para percibirlo para las exégesis que se han hecho y harán de un poeta crónico.

Bibliografía (publicada en castellano)
Luna Halcón. (1973) Recopila relatos, poemas y monólogos.
Crónicas de Motel. (1982) Relatos y poemas algunos de carácter autobiográfico.
Cruzando el Paraíso. Cuarenta relatos cortos escritos entre 1989 , 1995 y 1997.
El gran sueño del Paraíso. (2002) Dieciochos relatos cortos en los cuya temática explora el bronco oeste norteamericano.
Rolling Thunder: con Bob Dylan. (2006)