Se dice que todos los caminos llevan a Roma, pero mi senda me conduce a Évora, se articula por la calzada latiendo a 36º grados de lapso y temperatura.
Abrazan tres murallas a la provinciana ciudad, en una sutil colina, traspasada la porta da Moura asombra la cuasi soledad de la calle, apenas sin viandantes; es como una premonición de la desnudez del templo de Diana (mal llamado así, en opinión de los historiadores), que aún yergue sus columnas contra el cielo - el mejor conservado de todo Portugal -, a su izquierda el renacentista convento dos Lóios.
El acueducto da Agua Prata es una perspectiva sin caudal ni río.
Pisaron los romanos, los musulmanes, el polvo de Évora, ahora lo piso yo, la sensación de olvido del ser en la Ermida Sâo Baas, y la sensación de una tramontana interior ante el paisaje-silueta-románica-gótica en sus pasadizos de vías.
Devasta el calor e invita a refugiarte en Sâo Francisco, adyacente una extraña capilla aguarda, me habían hablado de ella antes de venir aquí, y recuerdo las risas de mis amigos y el suspense.
Es curioso; por las noches solemos reunirnos en un parque cercano a la casa, no sabemos nuestro nombres, todos tenemos el nombre de nuestros amigos caninos, es decir Cheto, Hulk, Frida y Frodo, Sam, Klimt, Thelma, Luna, hablamos sobre viajes pasados y futuros, fotos, entre tanto y tanto arreglamos el mundo, mientras los canes juegan e intiman, como nosotros.
Pero a lo que iba, tengo una sed que me corroe y anhelo la sombra, traspaso el umbral tras el debido pago de entrada, y sobre el dintel de la puerta un lema:
-Nos ososs que aquí estamos pelos vossos esperamos-
Un paso más... y la sed se me va de golpe.
A los lados de la capela dos ossos, las paredes, los arcos, las columnas están plagadas de calaveras, tibias y peronés; cuando digo plagadas, es literal, huesos humanos de 5000 cadáveres, son reales, los huesos que aquí estamos por los vuestros esperamos.
Dios... es el vanitas de los vanitas, haría las delicias de un Hamlet neurasténico, ser o no ser.
En el piélago de calaveras hacinadas; fascina la tétrica capela que del mundo no percibe rumor, soñar en un lóbrego delirio, despojados de la envoltura carnal, soñar ya muertos.
Al frente un altar con un Cristo y san Juan Bautista, la concha y el agua; ay el agua, pienso, somos agua, de materia acuosa venimos; retornaremos al agua, gota quiero ser en un mar sepultada, no en un mar de huesos, en una mar de salitre y por sudario la espuma. Deliro, je je je, por el efecto que me causa. Cerca otra capela más chiquita y completa en el Campo Maoir, las dos únicas existentes en Lusitania.
Resonando los pasos, deshago lo andado en silencio y un cierto alivio siento en el claustro de arcadas, inundado por Helios, para calentar mis huesos. Salgo a la calle como en medio de otra alucinación, unos chicos/as vestidos de negro, con unas capas que les caen en vuelo hasta las rodillas caminan en procesión; llevando a otros vestidos de diablos, gladiadores y “Nerones", con sudaderas y vaqueros algunos, llenos de ceniza y una pasta como de tarta, vocean y pinchan con tridentes de plástico a los “iniciados”, en una fuente cercana, otros gritan y “torturan” a los novatos, me doy cuenta que que es un rito de ingreso en la Universidad do Espíritu Santo. Deploro esas “torturas” a los novatos, esas vejaciones que en ocasiones llegan demasiado lejos.
Las ruas siguen vacías y al llegar la noche tras callejear, penetro por un arco romano en la Évora blanca, rematada de amarillo en las puertas y ventanas. La presencia de los de la capa en retirada, me parece estar en la noche de Valpurgis, vaya día, reflexiono, de un pasaje al Eclesiastés.
Prosigo por las huellas del César al día que sigue.
Mérida, (Emérita Augusta), las ruinas mejor conservadas del imperio con excepción de las italianas, diseminadas por toda la ciudad, el anfiteatro, el circo, el teatro, puentes, calzadas, ruinas tórridas, el templo de Diana, el museo, con todo tipo de mosaicos, monedas, juguetes, joyas, estatuas, fíbulas, máscaras, etc. etc.
Al salir me dirijo a una terraza, donde estoy desando tomarme un café con hielo, pertrechada tras las gafas puedo observar sin disimulo a los comensales, enfrente de mí, un inglés o americano tiene descalzos los pies maltrechos, a su lado, unos zuecos de plástico; huele a linimento, la sobremesa solitaria y con atención lee un libro, de vez en cuando se ríe con placidez, está inmerso en la lectura y me intriga... qué lee... no puedo verlo muy bien, consigo fijarme mejor, el autor o mejor dicho la autora es Harper Lee.
Ya sé que lee, Matar a un ruiseñor, sonrío, he leído y releído esa novela a lo largo de los años, y no hay duda de que es esa, pues es la única novela que ha escrito esta autora y que fue galardonada con el premio Pulitzer en 1961, llevada al cine más tarde; la novela pone de manifiesto un mensaje universal con humor irónico, calor; injusticia social y racial, roles femeninos y masculinos, integridad, política; (autobiográfica, la propia Scout es Lee y Atticus Finch el padre de la autora), el amigo de los hermanos es su propio amigo Truman Capote, se inspiró en las historias de infancia que este le contaba para pergeñar el personaje.
La percepción y estima de esta novela no es la misma en los lectores blancos que en los lectores negros, por lo que leído, se trata o se ha retirado de las aulas públicas en Estados Unidos. Tengo debilidad por esta novela, la inocencia muere en un canto de ruiseñor.
La tarde de 5: am, tarde Lorquiana, extiende sus sombras verticales como las del alto ciprés; enfrente de la plaza de toros se encuentra la casa del Mitreo, los historiadores la relacionan con el culto a Mitra. Es una villa romana, una domus señorial, con habitaciones de invitados, el atrio para el agua de lluvia, el peristilo, las termas, pinturas y mosaicos. Uno de los mosaicos es especialmente emocionante, el cuadro cosmogológico, (veo al inglés o mejor escucho sus pisadas de zuecos) una concepción del mundo y de las fuerzas de la naturaleza que lo sustentan, se presupone que estaría ubicado en la biblioteca, se divide en tres partes:
-Zona superior-
Cielo rematada por semicírculo que le imprime carácter sagrado, la ocupa el SACAELVM (el tiempo), sus hijos CAELVM (cielo) y CHAOS (el caos) vacío anterior a todo.
POLVM (el polo norte soportando el universo a sus espaldas), TRONITVM (el trueno), ORIENS (el sol), OCASVS (la luna), NEBVLUS (niebla), NOTVS (viento del sur), NVBS (las nubes), ZEPHYRVS (viento del oeste) y BOREVS (viento del norte).
-Zona media-
AETER o AETERNITAS, la fuerza de la vida o del cosmos.
Las estaciones AVTVNNUS (otoño) y AESTAS (verano), así como NATVRA (la naturaleza).
Personificación de los ríos, NILVS (Nilo), EVPHATES (Eúfrates) y PORTVS (quizá el puerto de Ostia).
-Zona Inferior-
OCEANVS (el océano), TRANQVILITAS (el mar en calma) COPIAE (riquezas generadas por el mar).
PHARVS ( quizá el faro de Alejandría), NAVIGIA (la navegación) y PONTVS (el mar).
Un mapa cósmico, fascinante, sigo el camino de flechas y en una hondonada repleta de olivos y cipreses: la necrópolis. Mi emoción aumenta, tengo una extraña fascinación por los cementerios; este es tranquilo y sereno, como casi todos, con túmulos, aras, sarcófagos pétreos, estelas, lápidas. Descubro dos de mármol otrora albo y ahora amarillento que se desgaja en grietas de tiempo, la primera es de una mujer : Valeria Allage de sesenta años: aquí yace. La segunda está consagrada a los dioses Manes, Licinio Aecus a su hijo Fundano, de once meses y once días: aquí yace, siento una gran tristeza por este pueri que falleció hace más de dos mil años, y en todas las lápidas reza una cita:
TIBI . TERRA . LEVIS.
Que la tierra te sea ligera...
Tiempo, cielo, caos y la fuerza de la vida...
ResponderEliminarPaloma, con qué facilidad nos acercas a aquellos que también sabemos viajar desde la silla a esos puntos del planeta que por historia y belleza se merecen toda nuestra atención. Ya te lo he dicho en más de una ocasión: tus notas hay que leerlas con papel y lápiz, no se merecen menos.
Qué placer aprender al mismo tiempo que se disfruta con lo leído. Muchas gracias.
Un fuerte abrazo, querida amiga.
Daniel Y. y PONTVS.
Dani, el revoltijo... muchas gracias , soy yo la que tengo que tomar nota y aprender de ti, no al contrario.
ResponderEliminarUn abrazo amicus.
Paloma (NAVIGIA).