Ars longa, vita brevis

miércoles, 13 de febrero de 2013

El Cisma de la renuncia




Escudo de pontificio de Aviñón.


Tríptico de los papas de Aviñon.

El papa ha presentado la renuncia aduce motivos de salud ha escogido el final de febrero para devolver las llaves de San Pedro a partir de ese momento existirá un vacío legal de poder hasta que el cónclave elija el nuevo sucesor de la piedra angular de la iglesia católica.
Piedras inmuebles sustentan lo que denominan un reino espiritual un reino fuera del mundo pero con cabida en este con sucursales en todos los continentes.
Sería imposible evaluar los bienes que posee este estado con un dominio impasible y el capital tangible de la iglesia quedándose en su seno in saecula.
Es su fuerza, la herencia indivisible con lengua oficial en latín jamás divide dividendos sustentados en la parafernalia de sus ritos inmutables.
Uno de ellos unge el ceremonial para la elección de un nuevo pontífice que es el título reservado a los líderes religiosos y que actualmente es utilizado al referirse al papa apelándolo Sumo Pontífice.
Pontifex Maximus eran los hombres en la antigua Roma pertenecientes al consejo y la máxima representación religiosa. La iglesia católica apostólica y romana se considera la sucesora del imperio romano.
Celebrándose bajo clave en una sala decorada con un Juicio final y un techo con pasajes de su libro de cabecera, la biblia, pintada por el genio del cuatrocento Miguel Ángel. 
Allí los cardenales elegirán su nuevo presidente santo, la santidad acompaña al cargo indefectiblemente (¿La renuncia anulará la santidad benedictina...?).
La iglesia institución con tratado de política desde intramuros a extramuros con injerencia en toda la política mundial paradójicamente este estado tan minúsculo domina esos entresijos desde la teocracia de sus piedras.

Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo» Mateo 16: 18-19.
Arco con la piedra clave sin ésta el arco se desmoronaría en uno de sus frentes los escudos de armas de los papas de Aviñón.

Estos argumentos en las palabras de Jesús fueron tomados de forma tan literal que la iglesia es un reino de piedras que ha construido edificios sacralizados por todos lo mapas del mundo, algunos sencillos y otros monumentales con una capital romana pero no siempre ha sido así.
A la ciudad de Aviñón en sur de Francia se trasladó la corte papal 1309 debido al agresivo caos que vivía Roma desde la elección del gascón y papa Clemente V el cual optó por esa ciudad para nueva sede de la cristiandad situándola en un monasterio al que fue invitado pero fue su sucesor Juan XXII y aún más el sucesor de Juan, Benedicto XII  quien se encargó de reconstruir el viejo palacio episcopal debido a su situación natural en la  impresionante altura rocosa que domina todo el paisaje sobre el río Ródano que permitía su visión desde lo lejano incluso desde los montes Alpilles.
El Palacio de los Papas se convirtió en uno de los conjuntos monumentales más valioso del gótico medieval y más tarde patrimonio de la humanidad.
Pierre Poisson de Mirepoix fue el arquitecto elegido por Benedicto XII para acometer las obras del Palacio viejo y Clemente VI encargó a Jean de Louvres la obra que amplío la sede para añadir un Palacio Nuevo. Urbano V finalizó las obras del patio central decorándolo con tapices, pinturas, techumbre de madera, esculturas y frescos.
1377 ocurrió el gran cisma por el que el papado se dividió entre Roma y Aviñón declarados los de Aviñón antipapas el último de ellos el español Pedro de Luna tuvo que huir. El papa Luna sólo fue reconocido por los reinos de Castilla, Aragón, Sicilia y Escocia aunque lo cierto es que fue elegido cardenal antes de que se produjese el cisma y por tanto su papado válido según su opinión que sustentó junto con su cismático papado hasta que murió en el castillo de Peñíscola donde estableció su corte papal llevando el nombre de Benedicto XIII el mismo nombre que ostenta el antiguo cardenal Joseph Ratzinger antiguo militante de las juventudes hitlerianas ahora el papa Benedicto XVI hasta el 28 de febrero de 2012.
Roma ganó la partida en contra de la ciudad de Aviñón conocida además por su famoso puente medieval, el Pont d´Avignon o Pont St-Bénézet sobre el Ródano que se une al conjunto monumental del Palacio de los Papas, la catedral y el Petit Pale y renombrado además por su la canción infantil.

Sur le pont d'Avignon,
L'on y danse, l'on y danse,
Sur le pont d'Avignon
L'on y danse tous en rond.

Puente de Aviñon

Recuerdo entonar esta canción en el colegio en las clases de francés y volví a cantarla cuando pisé el puente después de salida de la fortaleza Palacio de los Papas cuando entré llovía, en su interior hacía frío en las salas desoladas austeras de un elegante minimalismo tan diferentes al barroquismo del otro Palacio de Roma. Hacía sol sobre el puente de Aviñón donde otrora todo el mundo bailaban y yo también.
Pensé sobre la parafernalia papal dos milenios sobre la piedras les han convertido en una pétrea institución que pervive por el miedo del hombre a la muerte pervive traficando algo invendible como es la inmortalidad pervive y pervivirá porque sus intereses son y han sido  la omnímoda causa de Estado.

Gran capilla donde solían rezar los papas.

Entrada al Palacio de los Papas.
Las obras para su reconstrucción son constantes.
El claustro.
Sepulcro de uno de los papas.
Esculturas en relieve que adornan el Palacio.
 Frescos realizados
 por los artistas Simone Martini y Matteo Giovanetti
en los aposentos privados del papa.


El uniforme de la guardia suiza de Aviñón.




Galería de retratos de todos los papas de Aviñón
El salón del palacio.
Artesonados de los techos decorados
Detalle de uno de los baldosines de cerámica
Los muros del Palacio tienen un grosor de 5 metros. Vista desde uno de sus laterales.

Suelos de cerámica.