Ars longa, vita brevis

domingo, 7 de agosto de 2011

La huella de Edgar


Poco tengo que decir de mi patria ni de mi familia.
A ambas me hicieron extraños malos procedimientos y la acumulación de los años.
Tuve el beneficio de una educación poco corriente, gracias a mi patrimonio, y la condición contemplativa de mi espíritu....
Son estas las primeras líneas del cuento de Edgar Allan Poe, Manuscrito en una botella.

Edgar Allan Poe escritor, poeta y periodista americano cuya trascendencia abarcó tras una niebla oscura e inspiradora a la literatura simbolista de los poetas Paul Verlaine, Arthur Rimbaud o el mismísimo Charles Baudelaire que tradujo su obra al francés. El poeta Stéphane Mallarme lo consideraba el dios de su siglo y su influencia que determinó el simbolismo alcanzó al surrealismo. Sería interminable la lista de escritores que confirman su deuda con el romántico y gótico Poe.
Este tipo de relato que toma este adjetivo de los lugares y edificios con arquitectura gótica (castillos y abadías) donde se desarrollaban la acción de sus cuentos de terror, de misterio de ciencia ficción, de los que fue inventor y maestro.
Su propia biografía se declama como uno de los personajes de sus relatos porque Poe era el atormentado, autodestructivo e irracional protagonista de las circunstancias que le tocaron vivir.
Su repercusión alcanza la música, el cine, el cómic y las artes plásticas e incluso la actual tribu urbana de los góticos. La filosofía cayó bajo su influjo, sus ensayos inspiraron al excéntrico Friedrich Nietzsche.
La literatura victoriana confirmó su deuda plena con personajes como Dorian Grey, el doctor Jekyll y mister Hyde, Sherlok Holmes etc, etc.
Transformado en el raro para un ensayo de Rubén Darío.
El excéntrico que aquejado de tuberculosis y alcoholismo viajó cuando ya estaba muerto sin embargo más vivo que nunca por todo el globo en otro siglo ya inspirando poemas, cuentos y ensayos como los que le dedicaron Jorge Luis Borges que consideraba a la literatura inconcebible sin la huella de la tinta negra de Poe y otro poeta Walt Whitman.
Conmemorando en el 2009 el  bicentenario de su nacimiento se sucedieron los homenajes celebrando incluso el funeral que no tuvo en Baltimore cuando falleció a los cuarenta años con una parafernalia rocambolesca a la americana vendiendo entradas para el sepelio.


Harry Clarke
   

Pero 2009 también fue el año en el que las editoriales relanzaron su obra como en el caso de Libros del Zorro Rojo. Esta editorial seleccionó los mejores relatos de Poe con el título de: Los cuentos de imaginación y misterio con un prefacio interesantísimo de Julio Cortázar donde expone la repercusión y la personalidad de Poe acompañado de breves notas en cada uno de sus relatos de como se gestaron y al final del volumen se añaden los comentarios que recibió por parte de la crítica.
A Cortázar se le encargó la traducción de la obra de Poe al castellano, una tarea ingente a la que dedicó más de seis meses, él afirmaba además que su propia vocación e inspiración como escritor de relatos y cuentos cortos se la debía a Poe.
En esta edición del Zorro rojo recupera las ilustraciones que hiciera Harry Clarke, ilustrador anteriormente para los cuentos de Hans Christian Andersen y más tarde en 1916 de los cuentos de Poe.
Clarke un artista irlandés y diseñador de vidrieras reinterpreta con otra clave visual la atmósfera asfixiante que oscila entre la pesadilla lo grotesco y lo macabro de las narraciones de Poe. Unos dibujos románticos, simbolistas con influencia del art noveau y del prerrafaelismo.
Estas veinticuatro ilustraciones en blanco y negro embrujadoras denotan la influencia del otro ilustrador anterior de Poe, Aubrey Beardsley.




Beardsley






Doré

Manet







Reseñables son las de Gustavo Doré o las de Edouard Manet o Luis Scafati


o las del artista argentino Poly Bernatene en color.













Como lectora y  admiradora de Poe le adeudo la inmersión adrenalítica en el otro lado, en mi otra dimensión del miedo, del pavor soterrado en el sótano de mi propia melancolía.