Ars longa, vita brevis

viernes, 6 de febrero de 2015

La investigación privada


De Pasolini conocí antes su faceta de director tan admirado y controvertido que la de poeta, ensayista o narrador.
A ratos ganados soy investigadora privada e investigo lo que me emociona, lo que me hace vibrar, lo que me hace pensar.
La información es como un puzzle que teniendo sus piezas dispersas, de pronto encajan y forman la semblanza de este poeta, que comenzó a escribir poemas con siete años.
De hecho antes que nada, él se declaraba poeta.
 Publicó su primer libro a los diecinueve años.
Esta nota no es una biografía si no un breve puzzle con sus reflexiones, fragmentos escritos a sus amigos o entrevistas que desvelan como discurrió su torturada vida hasta sutortura muerte y uno de los poemas que tras la muerte de su único hermano Guido, en las filas de la Resistencia, dedicó a su madre.
Pero antes reseñar que Pasolini fue expulsado del partido comunista por conducta inmoral, por homosexual.
 Además fue expulsado del instituto donde daba clases, debido a una denuncia como corruptor de menores.
Aunque al final no ingresó en la cárcel, bien o porque no pudo comprobarse o fue una falacia, o lo dejaron correr.
Pier Paolo jamás justificó sus faltas, culpas, errores o elecciones que tomó en su vida adulta, por la desgarradora infancia que vivió.
Su padre insultaba y agredía a su madre, era un alcohólico y adicto al juego.
Indudablemente esto le marcó y por ello hizo toda su vida una defensa del débil frente al opresor.
A su padre le dedicó su primer libro: Poeta de las cenizas.
Le aborrecía y despreciaba hasta lo más hondo, así lo confiesa y siempre se sintió culpable porque jamás le perdonó.
Sobre su padre:
«El que fuera un fascista es una coartada con la que muchas veces he justificado mi odio, injusto, por aquel pobre hombre. Pero debo decir que aún siento ese odio, horrendamente mezclado con compasión» 
“Huí con mi madre y una maleta y algunas joyas que resultaron ser falsas, / en un tren tan lento como un mercancías, / por la llanura friulana cubierta por una capa de ligera y dura nieve. / Íbamos hacia Roma. / Íbamos pues, abandonando a mi padre / al lado de una estufa de pobres, / con su viejo gabán militar / y sus horribles furias de enfermo de cirrosis y síndromes paranoides. / He vivido aquella / página de novela, la única de mi vida: / por lo demás, / he vivido dentro de una lírica, como todo obseso”

Sobre su infancia: 
«Aquellas escenas hicieron nacer en mí el deseo de morir», Ha sido la pesadilla de mi vida.
Todas las noches esperaba con terror la hora de la cena porque sabía que llegarían las escenas. Inicialmente, hubo en mi una negación de la madre, que me generó una neurosis infantil. Tal neurosis me hizo volverme inquieto, poniendo en cada momento en tela de juicio el hecho mismo de estar en el mundo. Cuando mi madre estaba a punto de parir empecé a padecer escozores en los ojos. Mi padre me inmovilizaba en la mesa de la cocina, me abría el ojo con los dedos y me echaba colirio. Fue a partir de ese momento simbólico cuando empecé a no querer ya a mi padre.” 


Sobre su madre :
“Me contaba historias, cuentos, me los leía. Mi madre era como Sócrates para mí. Tenía, y tiene, una visión del mundo sin duda idealista e idealizada. Ella cree de verdad en el heroísmo, en la caridad, en la piedad, en la generosidad. Yo he absorbido todo eso de un modo casi patológico”. 


Sobre su hermano:
Murió de una manera que cuento con el corazón partido: aquel día hubiera incluso podido salvarse, pues murió por acudir en ayuda de su comandante y de sus compañeros. Creo que ningún comunista pueda criticar la conducta del partesano Guido Pasolini. Yo me siento orgulloso de él, y es el recuerdo de él, de su generosidad, de su pasión, el que me obliga a seguir por el camino que sigo. El hecho de que su muerte haya llegado así, en una situación compleja y aparentemente tan difícil de juzgar, no me induce a ninguna duda. Tan sólo confirma mi convicción de que nada es sencillo, que nada acontece sin complicaciones o sufrimientos, y que lo que cuenta, sobre todo, es la lucidez crítica, que destruye las palabras y las convenciones, y va hasta el fondo de las cosas, dentro de sus secretas e inalienables verdades”.


Sobre el deseo:
“Sucedió en Belluno, yo tenía poco más de tres años. Lo que más me chocaba de los chicos que jugaban en los jardines públicos en frente de mi casa, eran sus piernas, sobre todo la parte convexa del interior de las rodillas, donde al doblarse en la carrera los nervios se tensan en un gesto elegante y violento. En aquellos nervios yo veía un símbolo de la vida que aún debía alcanzar; en aquel gesto de jovencito corriendo representaban para mí el ser mayor. Ahora sé que se trataba de un agudo sentimiento sexual. Si lo recuerdo siento perfectamente, en mis vísceras, la ternura, la ansiedad y la violencia del deseo. Era el sentido de lo inalcanzable, de lo carnal –un sentido para el que aún no ha sido inventado un nombre-. Yo lo inventé entonces y fue “teta veleta”. Al ver aquellas piernas dobladas en la furia del juego me dije a mí mismo que sentía “teta veleta”, algo parecido a un cosquilleo, una seducción, una humillación”


Sobre ideologías:
La ideología consumista... En vez de llevar una bandera, se ponen ropas que son una bandera. Han cambiado algunos medios y algunos instrumentos externos, pero, en la práctica, es un empobrecimiento de la individualidad que se disfraza a través de su valorización.


Sobre cultura:
¿Qué es la cultura de una nación? Corrientemente se cree, también por parte de las personas cultas, que es la cultura de los científicos, de los políticos, de los profesores, de los literatos, de los cineastas, etc. : es decir que es la cultura de la inteligencia. En cambio no es así. Y no es siquiera la cultura de las clases dominantes que, precisamente, a través de la lucha de clases, trata de imponerla al menos formalmente. No es finalmente tampoco la cultura de la clase dominada, es decir la cultura popular de los obreros y de los campesinos. La cultura de una nación es el conjunto de todas estas culturas de clases: es la media de ellas.


Sobre religión:
“Yo no creo en un dios metafísico.
Soy religioso, porque tengo una identificación natural entre la realidad y Dios”


Sobre el éxito:
El éxito no es nada. El éxito es la otra cara de la persecución.


Sobre el amor: 
¿Quieres decir que si este amor ha nacido es inútil volverse atrás, es inútil sentirlo como una pura y simple destrucción? ¿Que en cuanto al dolor de la separación yo podría encontrar a alguien que te reemplazara, y recrear en mí esos sentimientos de ridícula ternura y bestial pasividad nacidos hace tan poco e interrumpidos tan bruscamente?


Cercana a los ojos y a los cabellos sueltos...
Cercana a los ojos y a los cabellos sueltos
sobre la frente, tú, pequeña luz,
absorta enrojeces mis papeles.
De adolescente ardía hasta el anochecer
junto a tu demacrada claridad, y eran extraños
los rumores del viento y el canto de los grillos solitarios.
Entonces en las estancias sin memoria
dormían los parientes, y mi hermano,
tras un delgado muro, estaba inmóvil.
Ahora tú, luz rojiza, no nos dices en dónde está
y, sin embargo, iluminas y suspira
el grillo en los campos desiertos;
mi madre se peina ante el espejo,
con un gesto tan antiguo como tu luz,
y piensa en aquel hijo ya sin vida.