Ars longa, vita brevis

jueves, 19 de noviembre de 2009

La nostalgia del agua

No sé que tienen las flores, llorona, las flores del campo santo que cuando las mueve el viento llorona parece que están mirando... canta Chavela... Ay de mi llorona, llorona de una campo santo ¿Cuántas penas al Santo Cristo de fierro lloraste?
Frida... en la casa azul de Coyoacan, Frida paloma y Diego sapo, dolida, ensimismada, mística, seria, alegre... delicadeza es ternura en perro xoloizcuintle, monos escurridizos, gato de terciopelo, guacamayos verdiamarillos.
¿Cómo eras tan leve, ingrávida, beso y alma?
Dos venas para las dos Fridas y en la frente el anfibio... siempre, cortaste con la tijera el dolor de dos venas azul y roja... en un vestido blanco; concupiscencias vinieron pero no aliviaron el invertebrado amor abandonado, el vertebrado dolor en un tranvía que partió aquel día tu cuerpo y no alumbró el deseo, no hubo leche en las caricias ni meciste el velado sueño en una canción de cuna, ni sentiste tu sangre en tu misma sangre.
Flechas saetearon en un bosque herido... bosque y tú... sola. Aire.
Cigarrillos desdichados para humos que danzan en las manos inspiradas, alcohol para la ponzoña quemando los intestinos, visiones y martirio: Nunca pinté mis sueños pinté mi propia vida , sí ... en un campo lirio, frontera y frío y entonces la bañera.... el reflejo, la memoria... intuitiva, el antes y el después, la añoranza, de donde vengo... a donde voy... cruzaron sobre el agua atávica de padre y madre, tierra calavera azteca, calendario mágico rojo y maya, incendio y volcán... coloso
Lo que el agua te dio.
Frida... golondrina, acompáñame, déjame el reflejo surreal de tu ojos nocturnos, milagro te pido, ay de mi llorona, lágrimas cayendo en ondas de añoranza, penas contaste, la que no sabe de amores no sabe... no sabe del río, no sabe de valles, no sabe lo que es... delirio.
¿Quién no ha sentido la nostalgia del agua?


Nota al margen. (*)
Este obra de Frida Khalo, es una mis favoritas, también creo intuir una pregunta vital, ¿quién somos, de donde venimos a donde vamos?
Es una interpretación totalmente personal, ningún estudio ni crítica en la historia del arte la avala, por tanto es irrelevante.
El título de la obra es: Lo que el agua me dio.



lunes, 9 de noviembre de 2009

El silencio de la espiral

83 es el número de una autopista que conduce al Gran lago Salado en EEUU, una obra colosal del Land-Art, serpentea allí, la Spiral Jetty del artista Robert Smithson.
Los mapas, su mente, su corazón y su ojo son vistas de pájaro, reconocimiento de vuelos rasante vislumbrados en su obra y producción literaria.
No sufre su obra lítica del turista masivo, la espiral en el agua para el viajero místico, liberada por la sequía nada avala que se encuentre in situ, en la frontera de lo natural y lo artificial, su panorámica contemplación entre la tierra y el cielo, basalto, piedras en diques y toneladas, ¿un rimeik de la lineas de Nazca?
Al ocaso el sol se esconde en ella, un abrigo primigenio, una baliza de la estratosfera, en extinción perenne ante la codicia de ambiciones petrolíferas y la propia natura.
Una unión de montaña-tierra, aire-mar, física-meta.
Esquemas, libros e incluso un video de la realización del proyecto, Smithson contaba 35 años cuando falleció en un accidente de aviación mientras sobrevolaba, supervisaba su obra Amarillo Ramp en Texas.
La simiente, la matriz en espiral artística, coordenadas cósmicas, de una Creac/6 /9/ión de aritmética, geometría, planimetría psíquica revelada en intuición a otros megalíticos autores, recipientes espiralíticas de ADN; la secuencia Fibonacci porque antes de cualquier otra vocación, el ser, el/la sapiens quiso ser artista emular la creación que a extramuros de cirros emparedados en hidrosferas esculpía a las nebulosas-galaxias-espirales-islas-universo.
Espirales logarítmicas en nautilus, amonites, espiral de crecimiento, constelaciones de novas, enroscados los ofidios, deglutir hélices de pasta italiana, colas de monos, pétalos de gardenias, sacacorchos, tornillos girando, cactus, huracanes devastando, destornillador, volición, inclinación tendencia en las conchas, posición fetal, huella digital infinita y finita, los rizos del pelo, helechos naciendo, la danza de las bailarinas giros sobre giros, el pensamiento, la sensación, el amor, el divino diseño, el divino mineral, los torbellinos del mar.
Símbolo eterno de nacimiento-muerte-renacimiento, aureas espirales, la de Arquímides; una curva generada por dos movimientos uniformes, como en dos compases, el primero rectilíneo, el segundo rotacional, es la curva que desarrollaría un escarabajo que camina sobre una regla que rota al mismo tiempo en plano, otra la hélice de movimiento helicoidal, la clave de sol.
El orden jónico, volutas en espiral, la venus de Milo, Ying y Yang de oriente, esvástica hindú.
La fuerza de la vida o el triskel celta, en doble espiral involutiva /evolutiva.
Renacimiento horizontal y expansión del hombre, la verticalidad ya no guiña al ojo de Dios; sin embargo hay enamorados de la divina proporción, Leonardo y el helicóptero ( griego: helix = espiral y pteron = ala) la hélice que se eleva para conquistar la altura, la sección aurea. Su ritmo continuado en Rafael.
Durero adoró a su espiral, la historia consagró sus trazos con regla y compás le dio su nombre; explorador de composiciones para hallar la unidad en los elementos de un todo unitario, simetría, sistema radial, unidad dentro de la variedad.
Asimetrías  arabescos, escaleras...
Barrocos velazqueños, giran Meninas con un caracol de Infanta en la invisible constelación de Margarita nombre de la niña heredera de un trono donde se ponía el sol.
Sofisticadas y refinadas, encastradas, decorativas y mágicas en el pincel de Klimt.
Los tornados de Gaudí en un parque de Barcino, en cruces de azoteas y en techos de mar en una casa Batllo.
El dolor de la columna vertebral apretando el corsé sangrando Diego mío amor mi Diego amor en la vasos comunicantes  de Frida Kahlo.  De un poema sus sílabas en bucle espiritual.. espiral raiz de palabra que respira alma de espír-itu.
Le corbusier intuitivo racional, de divina proporción en el diáfano espacio.
Claude Debussy cristaliza, la matemática música de una espiral en SOL, LA, DO, RE, FA, SI, sosteniendo la clave inspiración del arcano MI - sterio.
 Elisabetn Noelle-Nuemann en su libro la espiral del silencio muestra la piel social una teoría que permite captar los cambios en la opinión pública que brevemente pueden resumirse en el temor al aislamiento de las personas en su entorno social y por ello presta atención a las prestan una atención continua a las opiniones de la mayoría  producidas a su alrededor. Las personas desean ser populares y aceptadas y así se expresan de acuerdo con las opiniones y comportamientos mayoritarios. Sin embargo, hay dos tipos de opiniones y actitudes: las estáticas, concernientes a las costumbres y las cambiantes. El individuo  optar elige defiéndose de acuerdo con ellas o por el contrario, permanecer aislado. 

 Ascienden descienden giran se inmovilizan planas bidi-tridimensionales sobre la dimensión cuatridimensional de la espiral del tiempo relativo en la filosofía del silencio.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Los idus de octubre


















Se dice que todos los caminos llevan a Roma, pero mi senda me conduce a Évora, se articula por la calzada latiendo a 36º grados de lapso y temperatura.
Abrazan tres murallas a la provinciana ciudad, en una sutil colina, traspasada la porta da Moura asombra la cuasi soledad de la calle, apenas sin viandantes; es como una premonición de la desnudez del templo de Diana (mal llamado así, en opinión de los historiadores), que aún yergue sus columnas contra el cielo - el mejor conservado de todo Portugal -, a su izquierda el renacentista convento dos Lóios.
El acueducto da Agua Prata es una perspectiva sin caudal ni río.
Pisaron los romanos, los musulmanes, el polvo de Évora, ahora lo piso yo, la sensación de olvido del ser en la Ermida Sâo Baas, y la sensación de una tramontana interior ante el paisaje-silueta-románica-gótica en sus pasadizos de vías.
Devasta el calor e invita a refugiarte en Sâo Francisco, adyacente una extraña capilla aguarda, me habían hablado de ella antes de venir aquí, y recuerdo las risas de mis amigos y el suspense.
Es curioso; por las noches solemos reunirnos en un parque cercano a la casa, no sabemos nuestro nombres, todos tenemos el nombre de nuestros amigos caninos, es decir Cheto, Hulk, Frida y Frodo, Sam, Klimt, Thelma, Luna, hablamos sobre viajes pasados y futuros, fotos, entre tanto y tanto arreglamos el mundo, mientras los canes juegan e intiman, como nosotros.
Pero a lo que iba, tengo una sed que me corroe y anhelo la sombra, traspaso el umbral tras el debido pago de entrada, y sobre el dintel de la puerta un lema:
-Nos ososs que aquí estamos pelos vossos esperamos-
 Un paso más... y la sed se me va de golpe.
 A los lados de la capela dos ossos, las paredes, los arcos, las columnas están plagadas de calaveras, tibias y peronés; cuando digo plagadas, es literal, huesos humanos de 5000 cadáveres, son reales, los huesos que aquí estamos por los vuestros esperamos.
 Dios... es el vanitas de los vanitas, haría las delicias de un Hamlet neurasténico, ser o no ser.
En el piélago de calaveras hacinadas; fascina la tétrica capela que del mundo no percibe rumor, soñar en un lóbrego delirio, despojados de la envoltura carnal, soñar ya muertos.
 Al frente un altar con un Cristo y san Juan Bautista, la concha y el agua; ay el agua, pienso, somos agua, de materia acuosa venimos; retornaremos al agua, gota quiero ser en un mar sepultada, no en un mar de huesos, en una mar de salitre y por sudario la espuma. Deliro, je je je, por el efecto que me causa. Cerca otra capela más chiquita y completa en el Campo Maoir, las dos únicas existentes en Lusitania.
 Resonando los pasos, deshago lo andado en silencio y un cierto alivio siento en el claustro de arcadas, inundado por Helios, para calentar mis huesos. Salgo a la calle como en medio de  otra alucinación, unos chicos/as vestidos de negro, con unas capas que les caen en vuelo hasta las rodillas caminan en procesión; llevando a otros vestidos de diablos, gladiadores y “Nerones", con sudaderas y vaqueros algunos, llenos de ceniza y una pasta como de tarta, vocean y pinchan con tridentes de plástico a los “iniciados”, en una fuente cercana, otros gritan y “torturan” a los novatos, me doy cuenta que que es un rito de ingreso en la Universidad do Espíritu Santo. Deploro esas “torturas” a los novatos, esas vejaciones que en ocasiones llegan demasiado lejos.
Las ruas siguen vacías y al llegar la noche tras callejear, penetro por un arco romano en la Évora blanca, rematada de amarillo en las puertas y ventanas. La presencia de los de la capa en retirada, me parece estar en la noche de Valpurgis, vaya día, reflexiono, de un pasaje al Eclesiastés.
Prosigo por las huellas del César al día que sigue.
Mérida, (Emérita Augusta), las ruinas mejor conservadas del imperio con excepción de las italianas, diseminadas por toda la ciudad, el anfiteatro, el circo, el teatro, puentes, calzadas, ruinas tórridas, el templo de Diana, el museo, con todo tipo de mosaicos, monedas, juguetes, joyas, estatuas, fíbulas, máscaras, etc. etc.
Al salir me dirijo a una terraza, donde estoy desando tomarme un café con hielo, pertrechada tras las gafas puedo observar sin disimulo a los comensales, enfrente de mí, un inglés o americano tiene descalzos los pies maltrechos, a su lado, unos zuecos de plástico; huele a linimento, la sobremesa solitaria y con atención lee un libro, de vez en cuando se ríe con placidez, está inmerso en la lectura y me intriga... qué lee... no puedo verlo muy bien, consigo fijarme mejor, el autor o mejor dicho la autora es Harper Lee.
Ya sé que lee, Matar a un ruiseñor, sonrío, he leído y releído esa novela a lo largo de los años, y no hay duda de que es esa, pues es la única novela que ha escrito esta autora y que fue galardonada con el premio Pulitzer en 1961, llevada al cine más tarde; la novela pone de manifiesto un mensaje universal con humor irónico, calor; injusticia social y racial, roles femeninos y masculinos, integridad, política; (autobiográfica, la propia Scout es Lee y Atticus Finch el padre de la autora), el amigo de los hermanos es su propio amigo Truman Capote, se inspiró en las historias de infancia que este le contaba para pergeñar el personaje.
La percepción y estima de esta novela no es la misma en los lectores blancos que en los lectores negros, por lo que leído, se trata o se ha retirado de las aulas públicas en Estados Unidos. Tengo debilidad por esta novela, la inocencia muere en un canto de ruiseñor.
La tarde de 5: am, tarde Lorquiana, extiende sus sombras verticales como las del alto ciprés; enfrente de la plaza de toros se encuentra la casa del Mitreo, los historiadores la relacionan con el culto a Mitra. Es una villa romana, una domus señorial, con habitaciones de invitados, el atrio para el agua de lluvia, el peristilo, las termas, pinturas y mosaicos. Uno de los mosaicos es especialmente emocionante, el cuadro cosmogológico, (veo al inglés o mejor escucho sus pisadas de zuecos) una concepción del mundo y de las fuerzas de la naturaleza que lo sustentan, se presupone que estaría ubicado en la biblioteca, se divide en tres partes:
-Zona superior-
Cielo rematada por semicírculo que le imprime carácter sagrado, la ocupa el SACAELVM (el tiempo), sus hijos CAELVM (cielo) y CHAOS (el caos) vacío anterior a todo.
POLVM (el polo norte soportando el universo a sus espaldas), TRONITVM (el trueno), ORIENS (el sol), OCASVS (la luna), NEBVLUS (niebla), NOTVS (viento del sur), NVBS (las nubes), ZEPHYRVS (viento del oeste) y BOREVS (viento del norte).
-Zona media-
AETER o AETERNITAS, la fuerza de la vida o del cosmos.
Las estaciones AVTVNNUS (otoño) y AESTAS (verano), así como NATVRA (la naturaleza).
Personificación de los ríos, NILVS (Nilo), EVPHATES (Eúfrates) y PORTVS (quizá el puerto de Ostia).
-Zona Inferior-
OCEANVS (el océano), TRANQVILITAS (el mar en calma) COPIAE (riquezas generadas por el mar).
PHARVS ( quizá el faro de Alejandría), NAVIGIA (la navegación) y PONTVS (el mar).
Un mapa cósmico, fascinante, sigo el camino de flechas y en una hondonada repleta de olivos y cipreses: la necrópolis. Mi emoción aumenta, tengo una extraña fascinación por los cementerios; este es tranquilo y sereno, como casi todos, con túmulos, aras, sarcófagos pétreos, estelas, lápidas. Descubro dos de mármol otrora albo y ahora amarillento que se desgaja en grietas de tiempo, la primera es de una mujer : Valeria Allage de sesenta años: aquí yace. La segunda está consagrada a los dioses Manes, Licinio Aecus a su hijo Fundano, de once meses y once días: aquí yace, siento una gran tristeza por este pueri que falleció hace más de dos mil años, y en todas las lápidas reza una cita:
TIBI . TERRA . LEVIS.
Que la tierra te sea ligera...