Ars longa, vita brevis

jueves, 7 de julio de 2016

Un café en el Dindurra




Paloma llegará en unos minutos, hemos quedado a los pies de la Iglesia de San Pedro en este casco antiguo de Gijon, cuyo nombre es Cimadevilla.
El día es gris, me recuerda un poco a París. El gris que envuelve todo a su alrededor, incluso este mar de la Playa de San Lorenzo, ofrece un aire algo romántico y melancólico que me gusta, pues dan pie muchas veces a inspiradores versos o trazos sobre algún lienzo. El mar aquí tiene más genio que mis playas oropesinas, recuerdo ese color plata brillante justo cuando el sol ya se ha puesto en Oropesa y es cuando más bello lo encuentro. Sorolla supo trasladar esa belleza en algunas de sus obras, ese plata bailando entre las crestas de las olas, pero lo que mejor supo es recrear la luz mediterránea, una potente luz que hace vibrar todo, en especial los blancos de una forma muy especial.

Asturias me encanta, por su litoral, su costa tan caprichosa, su verde, su naturaleza, me abruma el corazón.
Aquí el mar, fiel reflejo hoy de su cielo, lleva cargada esa emoción que me provoca muchas sensaciones.
Creo reconocer a Paloma a lo lejos cercándose hasta dónde me encuentro, una sonrisa me confirma que es ella.

Manu aún no me ha visto, sus ojos son todos para el mar, sonrío por ello.
Ahora sí que al girar la cabeza, me ha reconocido.
Cuatro pasos nos distancian de un abrazo que nos damos por la alegría del reencuentro. Esta tarde de diciembre la mar le recibe igual que un monumental cuadro vivo, con las veladuras grises y quebradas de Juan Martínez Abades.
¿Cómo estás Manu?
Te veo muy bien, con los ojos brillantes que traman alguna conspiración de papel.
¿Qué tal el viaje?

El viaje ha sido precioso, recorrer los paisajes desde Oropesa a Gijón ha sido realmente enriquecedor, aún puedo oler los campos sorianos.
Cada vez que paso por esa región me sigue enamorando.
Aterrizar en Gijón junto a este mar, con esos verdes vibrando hacia grises me seducen muchísimo.
Entiendo Paloma que ambos nos guste tanto pintar y escribir poesía, como esa necesidad de sacar de nuestro interior intentando plasmar tantos estímulos y sensaciones que captan nuestro corazón.
Pero dime: ¿Cómo estás?

Sabes la alegría que tengo de volver a vernos después del encuentro en el Jardín del Paisanet.

Estoy... quizá es difícil de expresar mi estado general, en medio de un tránsito aunque bien y feliz de encontrarnos otro diciembre, otra tarde de nuevo, después de aquella en tu jardín.
¿Recuerdas? la luz se doraba sobre la pared de piedra, en el suelo, las flores y las sillas de rayas.
No pudimos evitar el impulso de coger los pinceles y pintarlo en nuestros lienzos.
En cuanto a tu viaje te comprendo muy bien, siempre siento que no pasamos por el paisaje si no que el paisaje quien pasa por nosotros, dejándonos su huella sin quede alguna nuestra sobre el y que así debe ser.
Cedimos un minuto al silencio mirando las olas que estallan sobre la escalera.
Entonces digo, que la poesía es un mar en movimiento, un mar interior que se alza y se rompe contra las vísceras y acaba por salirte de la mano, no sabes porqué, simplemente sucede.
Nuestra amistad surgió en esa complicidad de reconocer uno en el otro ese movimiento. Después Manu y lo más importante de años ya que nos conocemos, es que has sido, eres, un buen amigo, leal y sincero.
¿Damos un paseo por la bahía?
Quiero enseñarte la escultura de un edificio al comienzo de la calle Capua.
Mira allí el atlante o telamón sostiene la cornisa, queriendo sostener el cielo.

Así es, querida amiga, nuestra complicidad posee ya sus años, porque hemos forjado la amistad desde algo tan crucial en cualquier relación como es la sinceridad.
Creo que sentimos lo mismo ambos al advertir en el otro, ese movimiento, que tan hermosamente describes, ese mar que habita en nosotros es muchas veces uno de los puntales de nuestra alma para seguir, como el mar muchas veces tremendo y agitado, otras calmado y sereno, en ambos casos no dejas de describir.
Estaré encantado de pasear por la bahía.
Es una casa preciosa, me encanta el atlante, también todo el contorno de todas las ventanas y esos miradores de madera. Ahora no pierden el tiempo en crear este tipo de arte en las fachadas, muchos quedan tan pobres en los remates superiores de los edificios. ¿No es precioso?
Añoro también ver el modernismo señorear en cualquier fachada, me gusta tanto.

Sí lo es, tienes toda la razón, no se pierde ahora el tiempo en crear edificios como este palacete de estilo ecléctico.
Se construye rápido,“racionalmente” las casas son cada vez más pequeñas, oscuras y “funcionales” hechas más para mal dormir unas cuantas horas antes de volver al trabajo a continuar produciendo.
No es que deseche los estilos arquitectónicos de vanguardia y sea una purista.
Hay verdaderas maravillas modernas, pero son escasas tanto en diseño original, como en la calidad de los materiales, tampoco ha lugar para expresarse los artistas y artesanos que colaboraban en construir casas como ésta.
Por cierto Manu, Garci hizo una película en la que el protagonista vivía en este palacete, aunque he leído en alguna parte que desde hace años está compartimentada en pisos, y que en alguno de ellos conserva la impresionante biblioteca que se instaló originariamente para quien encargó la casa, uno de los alcaldes de Gijón de principios del siglo XX.
Me parece que la biblioteca también sale en la película.
La vi hace años y lo mejor de la película es esta casa, soy un poco malvada ja ja.
Esta mansión de alta burguesía, todo hay que decirlo, es uno de los pocos edificios de su época que mira a la playa, que se ha liberado de su demolición en los años sesenta franquistas, entonces derribaron verdaderas joyas arquitectónicas para especular con moles de hormigón espantosas.
Es una doble sobreviviente a la dictadura del tiempo...
Parece que el tiempo meteorológico nos hace una jugarreta, se ha puesto a llover.
¿Dejamos para otro día el paseo y nos vamos calle Capua arriba? ¿Te hace un café ?

Por supuesto que me apetece un café.
El tiempo es muy distinto aquí en Gijón respecto a Oropesa, cada luz posee su propio encanto, allí la luz es diferente y es lo que pensaba mientras te esperaba, al igual que la lluvia, vosotros estáis más acostumbrados, allí llueve muy poco, cuando lo hace muchas veces es abundante.
Me gusta la lluvia Paloma, es como si pudiese limpiarte el cuerpo y sacarte aquello que parece caduco, a aquellas ideas que te consumen puedan rodar piel abajo hasta desaparecer bajo tus pies. Alguna vez he dejado que la lluvia moje mi cabeza por lo que te cuento, también limpia la atmósfera, el ambiente después de una buena lluvia parece otro. Todas esas sensaciones muchas veces las pienso para llevarlas a algún poema.

La lluvia, sí lava heridas a la tierra y nuestras, las invisibles.
Un momento mágico para mí, sucede al detenerse el aguacero y los árboles, las farolas, los bancos, las flores de los parterres, la yerba, la acera y el suelo del empedrado están húmedos, cuajados gotean, entonces al salir el sol todo brilla destellando.
Suenan las campanas de San Lorenzo, una, dos, tres, cuatro, cinco, la hora del café.
Te llevo a uno que está cerca, es una sorpresa.

Paloma: ¿Es ese?
Me encanta, veo que me llevas a un café en forma de proa de buque, como preparados a embarcarnos en nuevas emociones, semicircular, con amplias ventanas, me gusta que la luz, aunque tenue, inunde los espacios.
El suelo está mojado, mira la extensa plaza reflejada como un mundo dual y diferente, con claras invitaciones a la pintura más impresionista. Fíjate en los árboles con destellos otoñales en sus copas delante de esa iglesia al fondo y el cielo de nuevo con su tinte de grises inundando todo.
Pienso que existen muchos tipos de lluvia, la que cae de las nubes y otra, la que inunda muchas veces nuestro corazón, esa puede causar mucho dolor o hacernos mucho más fuertes.
La puerta es preciosa, en madera de caoba y cristales, menuda sorpresa, es giratoria, como una máquina del tiempo que te transporta a esos espacios que anhelas descubrir.
La verdad es que el café es maravilloso, sabías que quedaría prendado por su belleza, por ese art-decó que invita en todo el local a contemplar, disfrutar.
Hay algunas mesas vacías...

¿Nos sentamos en un rincón al lado de las ventanas?
Lo has descrito a la perfección, esta puerta es como una máquina del tiempo, lo es literalmente ha girado en tres siglos, y dos milenios.
Es el último gran café aún abierto, que ha visto generaciones de gijoneses entre sus columnas doradas.
Hace años había clientes que venían a jugar al ajedrez a diario, y un grupo de ancianas, algunas como un cuadro de Lautrec se instalaban en los sillones de cinco a ocho.
También entraba los gorriones, unos insolentes habituales que solían marcharse sin pagar, después de picotear alguna magdalena.
Sobrevolaban el techo audaces y raudos, entraban por algún rincón de los altos ventanales.
Han dejado de hacerlo después de la última reforma, aunque siempre aparecen en verano o los días de sol en la terraza.

La lluvia es una metáfora que en mi caso tiene un efecto catártico, se descarga después de una tormenta interior, no sé si me hace más fuerte, Manu.
Me parece que cuando demuestro mi fragilidad es cuando me hago más fuerte, o mejor más entera, supongo porque es que no me gusta disimular, el disimulo es una artimaña a la que me niego a obedecer.
Libero el dolor a veces pintándolo y escribiéndolo.
He leído toda mi vida por placer, por necesidad, hay libros que son viejos y auténticos amigos que son imprescindibles en mi vida, que han llegado por casualidad sin buscarlos. Recuerdo que tenía ocho o nueve años cuando leí mi primer libro de poesía.
Mi hermana estaba hospitalizada, la habían operado de apendicitis, uno de sus amigos, más bien creo que era un noviete, aunque ella decía que no, le llevó unas flores y un libro de poesía al hospital.
El libro eran las rimas, las leyendas, y las cartas desde mi celda de Bécquer.
Lo leí al regresar mi hermana a casa.
Aquel libro me fascinó y emocionó, no porque lo entendiera dada mi edad, aunque tampoco es preciso entender la poesía para que te embriague y te cautive.
Quizá es que para la poesía hay que tener la mirada de la intuición, de la inocencia.
Hola, para mí un café cortado, gracias.

Leo como tú, por necesidad, me gusta mucho.
Me considero muy curioso, muchas veces pienso en que no podré leer en esta vida todo lo quisiera, hay tantos libros interesantes por leer, tantas aventuras y misterios que recorrer, enseñanzas que aprender, emociones por descubrir.
El primer libro de poemas que pude leer, aunque más mayor que en tu caso, tampoco lo entendí entonces con catorce años.
Fue Campos de Castilla de Antonio Machado.
Me pasó un poco como a ti, me causó tal impresión que creo que desde entonces siempre me apetece leer poesía, es como una semilla de emociones condensadas en los versos, de repente todo estalla, brota, da luz a tu interior y sientes el mismo anhelo de expresar.
Me sucede a menudo que descubro un poeta sea hombre o mujer, porque también hubo, hay y las habrá, aunque viviesen en sociedades que las obligase a permanecer casi en el anonimato, bajo años, incluso siglos de silencio, sin embargo, sus poemas ahí estaban, para el que quisiera leer, como sucede en pintura mi querida amiga, tantas y tantas mujeres, con obras maravillosas y tan desconocidas.
Tengo pena porque algunos de mis primeros poemas de adolescente se perdieron, alguno incluso lo recuerdo mentalmente, pero no quiero intentar reproducirlos porque perderían esa inocencia o frescura que se inyectó cuando los realicé.
Las emociones y pasiones cambian, como los poemas contigo.
Mientras haya un misterio para el hombre, habrá poesía.
Mientras haya primavera en el mundo, habrá poesía.
Podrá no haber poetas pero siempre habrá poesía,
nos rimaba Bécquer en algunas estrofas de su Rima IV.
Define la poesía sin límites con una capacidad visionaria y romántica.
Si no fuera por sus amigos, que lucharon para que sus poemas, leyendas y textos fueran conocidos, es probable que ahora estuvieran allí donde habite el olvido, este pequeño verso suyo volví a encontrármelo en poemas contemporáneos.
Bécquer ha sido inspiración y lo sigue siendo, también dibujaba, de que dibujaba me enteré hace poco, parece que esa otra faceta suya ha caído más o menos en el olvido.
El olvido es un universo paralelo que se traga todo Manu, quizá lo acabe devolviendo todo...
A las mujeres se nos ha negado el alma, la inteligencia y la libertad, era obligado ningunear sus obras y a pesar de que ahora se nos lava la cara con el agua de la igualdad, en el fondo es una hipocresía más, puesto que les sigue costando salir del anonimato y si lo hacen que se las tome en serio y no como una curiosidad de moda.

Algunas y algunos han sido escritores, artistas secretos como Emily Dickinson y de otras, otros sólo conocemos sus letras o sus obras pero no sus nombres y quien sabe cuantos talentos se han perdido y se perderán.
Para mí poesía no es sólo expresar con belleza, sentimientos, emociones, es mucho más que todo eso.

A veces te hiere profundamente, otras te mata, debe matarte y escupirte otra vez a la vida. El ir más allá de la belleza, o hallarla donde parece que no pudiera haberla, es una constante como la provocación o la ironía, o su capacidad filosófica o la abstracta o la fabuladora, es imposible limitarla logra todos los imposibles, será que ignora cuales son. Sin permiso se presenta en un cuadro, en la música, en las palabras, en el baile, en el barro y en el mármol, en la luz y el aire contenido de una habitación, en el revoloteo de unas hojas, en el más sucio de los callejones, sobre la piel, el sudor, en los gemidos y en los huesos, en las pezuñas y en las aletas, en la sangre y en los orines, en el odio y en el amor, en lo ridículo y en lo sublime, en el ritmo, en la quietud, en el deseo y en la nada, en el silencio, en la espiga y en el carámbano, en el fuego, en el escalofrío, en el sexo, en la oración y en la muerte.
En fin, poesía, una inoportuna que nunca sabes en qué y dónde acaba por aparecer.
Fue una sorpresa para mí el comenzar a escribir, surgió de pronto, jamás pensé que las letras estaban adentro, se ha completado con esa otra pasión, que siempre ha sido para mí pintar.
Es extraño a veces me parece que no soy yo quien escribe o pinta, si no otra persona oculta.
Hace poco leí un artículo que reflexionaba si eran malos tiempos para la poesía, es decir si a la gente les sigue interesando, y yo me pregunto si la poesía no ha sido siempre algo muy minoritario propio de cursis y melancólicos, je je.
Voy a tomarme el café antes de que se enfríe.

El padre de Bécquer era pintor, aunque apenas lo conoció, fíjate quizás hubiese podido desarrollar aún más esa sensibilidad.
Huérfano bien temprano, además murió tan joven. Muchos son los poetas que me emocionan, Bécquer es uno de ellos, sin duda, nos ofreció muchos caminos para poder recorrer.
La poesía es mucho más, es cierto, que transmitir sentimientos, me gusta que sea capaz también de hacerme reflexionar, que me golpee, que me haga transitar por los abismos o revolotear entre el sonido del viento, capaz de destruir mis muros, de explorar nuevos territorios nunca transitados, que me caliente el corazón, que me hiele la piel, nuevas experiencias que descubrir.
Estoy plenamente contigo, querida amiga, muchas veces nos sale al encuentro sin buscarla, en lo menos esperado.
Y me pasa un poco como a ti, entrar en una especie de trance, como con la pintura, de repente todo fluye, como si algo desde dentro de ti necesitase salir sin poder ejercer dominio alguno sobre ello, como algo exento a ti, pero que vive en ti.

Me pasa también cuando pinto, a veces intento y no sale nada, cuando intento ejercer algún control es cuando peor resultado aparece, sin embargo, cuando dejas que vuelen las manos, ellas parece que sepan lo que hay que hacer o decir, es curioso: ¿Serán las musas?
La poesía siempre ha sido minoritaria, sin embargo, desde mi punto de vista, es el génesis o el germen de la gran literatura universal, ahí tienes a muchos escritores relevantes que casi todos han escrito poesía, como una extraña necesidad...¿Del alma?

El tío de Bécquer también era pintor como su hermano Valeriano, al que estuvo tan unido que incluso colaboraron juntos, pintó el magnífico retrato de Gustavo Adolfo. Un cuadro de un romántico español, en mi opinión tanto en calidad como en intensidad puede parangonarse con el Caballero de la mano en el pecho del Greco.
G. Adolfo sólo sobrevivió dos meses a la muerte de Valeriano, otra hermosa historia como la de Theo y Vincent.
Bécquer solía decir que la pintura es un medio de expresión hacia lo inefable, superando a la escritura y que la mejor poesía escrita es aquella que no se escribe.
Estoy de acuerdo con él, pintar entraña una dificultad mayor que escribir y diría que el mejor cuadro es aquel que no se pinta. Será un ideal romántico de espera, una insatisfacción que te hace continuar...
Otra poeta por la que tengo una gran admiración es Wislaba Szymborska por su originalidad y fino sentido del humor, resulta inusual que los poemas te hagan sonreír, reír y reflexionar al mismo tiempo, la comparan con Antonio Machado, un poeta que has mencionado antes, otro que te hace caminar.

Te comprendo muy bien, estoy totalmente de acuerdo contigo, cuanto intentas ejercer control te sientes más perdido, si no controlas tu vida porque habrías de controlar lo que pintas.
Hace tiempo dibujé y escribí un poema que titulé Lorem Ipsum.

Fue una doble tentativa, sobre el control, la creación y el dolor y lo poco que significa... Tengo la impresión que mi lado más salvaje incluso en lo espiritual sale sobre esos trozos de papeles, y que lo importante es que salga ante cualquier otra cosa.
Disfruto infinitamente más leyendo o viendo o escuchando a otras u otros, el recuerdo que dejan en mí.

Actualmente la poesía que despierta más conexión supongo que será la de los cantautores, aunque por otra parte los rapsodas sean muy antiguos.
Leí una historia sobre un poeta, que ganaba cuatro perras con poemas que recitaba por la calle a la gente y que luego olvidaba.
A veces emociona tanto leer algún poema anónimo sobre las paredes o en la puerta de un water.
¿Continúa tan espléndido tu jardín?

Sigue precioso, soy el encargado oficial de que siga así, el jardinero del patio y de poemas. Muchas veces también pienso eso que has comentado antes, los mejores poemas son los que no se escriben o las pinturas que nunca ven la luz, quedan en una imagen de la mente, en una emoción contenida, pero no dan el salto a lo material, quizás no existen herramientas humanas para esbozarlo y convertirlo en algo comprensible al cerebro humano, creo que traspasa todo ello.
He leído algún poema de Wislaba Szymborska, acabas de crearme una curiosidad ampliada, la poeta polaca me gustaría descubrirle de nuevo.
Hay un poeta coreano que me gusta mucho, Ko Un, con sus poemas ha llevado su mundo sensible a algo tangible, comprensible, de la forma más sencilla y profunda.

Hay personas que me emocionan mucho amiga, incluso al borde de furtivas lágrimas que primero se contienen, pero al final acaban por recorrer mi rostro, son esas emociones que intentas primero contener y entiendes que son las que más caldean tu corazón, te golpean y necesitas como alimento vital.

La poesía oriental se nutre de una conciencia cultural y espiritual muy diferente a la de occidente, de hecho han inspirado la mayor parte de la poesía contemporánea occidental. El minimalismo de los haikus emergiendo de un trazo de tinta, negro sobre blanco que sucede en el acto de un espacio tiempo, que se relativiza, se ensancha, se expande como una gota de agua cayendo sobre un lago.
La observación del ahora, la emoción del ya parece mutable e inmutable y eterna.
¿Sabes Manu? Un argumento que escucho constantemente es que la poesía ha de ser comprensible, necesariamente.
Por qué si no “entendemos” lo abstracto o el surrealismo o la música etc, tenemos que entender un poema, no lo estamos sometiendo a la lógica de una racionalidad privándolo de su potencial.
¿No le impedimos a caso a la poesía que imagine, que demuestre su capacidad onírica, misteriosa y fantástica?
Tengo debilidad por los jardines amurallados, lo que en pintura llamaríamos un hortus conclusus,tanto reales como imaginarios, paisajes para mundos propios, santuarios, lugares sagrados que a veces sólo se encuentran en el corazón de otra persona.
Ha dejado de llover.
¿Nos vamos?


Cercano al mar vivo la paz,
este mar que lleva el cieloen pedazos, entre ola y olael sol encendido en la cresta. 
Todas las penas desnuda la brisa 
obsequiando el abrigo y la calidez 
como una madre que ampara 
exiliando de mí cualquier recelo. 
Preciso el salitre adherido a mi ser 
como savia motriz de mis sueños 
como catarsis de mis aflicciones. 
Tu vastedad evidencia mi nada 
rememora la sutileza del torso
el fugaz escenario de vida. 
Eres la presencia colosal
que mitiga mis nocivas espinas 
aquietando y sosegando mi alma.


Sobre el viento y los nombres de los dioses 
los ijares de los perros
la fatiga de los pájaros
en tu vientre y el calvero junto al río

para el fondo del océano
en el lento fuego de las estrellas
o en los planetas vacíos
por los felpudos
por los agujeros
contra la grieta del desierto
hacia el signo de los bosques
bajo los vertederos
a los abiertos batientes
entre el violeta del tejado
resbalando tras los vasos de cristal
donde cabe vendavales de miseria en un infierno 

contra todo pronóstico
desde el tronío del relámpago
con furia
mansamente
según el pulso perenne de las horas
hasta el funeral del amor tan imposible
los labios de los muertos
la herida en los flancos
dorando en la miel
leve en los pistilos
pálida en la diadema de algas de una sirena 

oscura en el principio y el final que fue,
es, será impredecible.
Sin cesar hoy lluevo. 

martes, 12 de abril de 2016

El jardín del Paisanet



















Ahora no recuerdo cuando empecé a apasionarme por el arte, creo que lo llevo metido dentro desde la infancia.
Cuando hablo de arte Paloma, me refiero en el más amplio contexto de la palabra. Aunque esto no es único en mí, les pasa a la gran mayoría de las personas, lo que pasa que la vida, la sociedad, el abandono de uno mismo, hace que vayas por otros senderos. 
Dime un niño que no le apasione pintar o dibujar, cantar, bailar, hacer el payaso, montar un castillo o hacer algo con sus manos, el arte es algo que nace con el ser humano, es una necesidad de expresión que tenemos todos, unos siguen el camino, lo convierten en pasión, con estudio y aprendizaje continuado, ya sea con acierto o menos, sin embargo la gran mayoría se olvidan de esa faceta y se pierden por los tortuosos caminos que la vida les prepara...

Tampoco lo recuerdo Manu, para mí dibujar era y es tan natural como respirar. 
Mi vida ha girado en torno ese círculo con tantísimos altibajos... 
pero en el fondo y en la forma sigo siendo esa niña que toma su lápiz y su pincel. 
Nunca he pensado en que hago arte, me parece una pretensión ridícula. 
Lo haces por una necesidad como un vicio o una droga o una porción de paraíso. 
De nada te sirven los años de preparación ni siquiera los cuantifico, para mí cada acometida de papel o lienzo es nuevo comienzo, en esa soledad necesaria y al mismo castradora.
Qué bien huele el café, sí con dos de azúcar, gracias.
Te cuento lo que me ha pasado el sábado, fui a una exposición casi a la hora del cierre porque me imaginaba que no iba a encontrarme con nadie.
Así fue, ya sabes disfruto más y mejor cuando apenas hay gente, expuestas una fotos, unas cuantas performance de esas ahora en boga. 
De pronto entró una persona, no me percaté ni él de mí tampoco, hubo un instante en que nos miramos y nos reconocimos.
Un viejo conocido artista, después de saludarnos entró directamente en materia y me dijo:
Pero ¿Cómo pretenden vender esto y que alguien lo ponga en su casa?.
¿Y tú qué tal sigues pintando?
Le di una evasiva porque de sobra sé, que lo quiere es contarme sus bagajes y “triunfos”.
Me comentó además que se iba a otra inauguración, una cita obligada, un paripé pero ni por amistad, ni por interés si no un acto presencial en el rebaño de los enchufados políticos artistas.

Suele ocurrir, Paloma, hay muchas personas que pintan y lo primero que te exponen son sus currículos. 
Como si eso fuese lo más importante, personalmente prefiero ver su obra, lo que hace, lo que expresa, lo que transmite, su calidad o su fuerza expresiva.
Pienso que es lo que me va a hablar muchas veces de su evolución, de sus reflexiones, de sus investigaciones, de su talento, en una sola exposición soy incapaz de valorar. 
Yo mismo he caído en esa trampa, pero me he dado cuenta, incluso muchos pintores que el hecho de "estar" en eventos culturales o inauguraciones es una forma de ser considerados, entiendo que en algunos casos se hace para apoyar al pintor y debatir sobre lo expuesto. 
Pero pienso que apoyar algo que únicamente se sostiene de su nombre y no de su obra, no es buen camino, al menos para mí, voy a algunas inauguraciones de pintores o escultores que me gustan, que además algunos de ellos se han convertido en amigos, disfrutando de su evolución, de sus obras, de sus tertulias, pero como tu bien dices cuando mejor se ve la obra es cuando casi no hay público, entonces suelo disfrutar el doble y puedo ver detalles con tranquilidad. 
Coge un pedazo de mi tarta de naranja, espero que te guste. Pintar cada día en la soledad y el reto de enfrentarte a ti mismo, es un estudio, un aprendizaje que no termina nunca. Hay también muchas personas que necesitan la continua aprobación de los demás, que es un trampa...

Deliciosa la tarta de naranja, no me digas: ¿Las hecho tú?
Te sigo contando, me invitó a que le acompañara, aunque me advirtió que en la exposición me iba encontrar lo mismo de siempre, le di una evasiva y nos despedimos.
El hilo de su monólogo me suscitó melancolía y rabia renovada.
Arte para venderlo y ponerlo en la pared de tu casa así se apostrofa y se titula.
La profesionalidad del arte, el arte sólo como algo decorativo banal e insustancial, adquirir una firma una inversión en que las cotizaciones del mercado fluctúen. 
Porque Manu dónde va valor, la emoción por el arte... 
me enferma leer, escuchar en las noticias tal o cual cuadro subastado en donde sea ha conseguido la mayor cotización hasta ahora.
Así ponderado el arte para la mayoría en trapicheo y dólares e inmortalidad por asociación...
Por otro lado el arte ha estado siempre en la manos del poder y los artistas también le han servido, no les culpo al contrario les exonero, porque que comen unas cuantas veces al día y no creas que censuro tampoco a mi conocido pero si me recarga que se pavoneé cuando es un esclavo más de las circunstancias.
Artistas sirviendo de "negros" a pintores de renombre, cuadros hechos por máquinas a bajo coste a los que dan cuatro pinceladas finales para simularlos como hechos a mano u otros copiando a maestros para una galería que después los introduce como copias porque la moda impone tal o cual maestro incluso algunos muy reconocidos han firmado cuadros y hojas en blanco, los contratos millonarios estanco donde no son libres de crear lo que les vega en gana y en víscera. 
La malicia de ese otro capaz de incendiar su propio estudio (otra memez lo de estudio para dignificar lo que es ya de por si es digno o sea taller o guarida mejor calificativo) para cobrar el seguro y que sus obras se revaloricen aún más al alza.
La excepción de la regla la ha saltado Damien Hirts, un tío listo que por primera vez ha dado jaque mate al martillo de la subasta jugando y ganando la partida embalsamada y con diamantes a los especuladores.
El cepo Manu, el continuo examen por el que atraviesa cada obra, del aprobado al suspenso o a la matrícula de honor. Desde luego procuro no someter a nadie que tome un pincel o un lápiz ya ocurra desde hace un año o veinte o cuarenta a esa constante calificación-descalifación al menos le tengo respeto. Le valoro el arrojo porque tú y yo sabemos que esto es un duro oficio en el que mantenerse leal a uno mismo a tu mensaje que aporte a los que las contemplan algo, que sientan lo que tú sientes que a partir de ello recree emociones incluso insospechadas anhelada al encuentro de tu sensación.
Esos lenguaje que en el fondo siempre son los mismos porque no hay verdades nuevas sino antiguas con una nueva luz, que las hace parecer nuevas como decía Matisse, desarrolla un esfuerzo tan agotador cuando se toma en serio, resultando imposible que la fatiga, el desaliento, no pase su recargo y la lucha vaya más allá de copiarte a ti mismo...
Mantenerse al margen sin profesionalidad es casi heroico si no fuera patético tampoco van a creerte si te mantienes entre paréntesis persistiendo contra la caída tentadora que ni siquiera existe ahora porque la crisis afecta con dureza este mundo de si por tan inestable.

Sí, la hice yo, es una receta tan fácil y está tan rica. 
El arte-negocio es de unos pocos, eso lo tenemos claro, el resto quedamos estupefactos ante las cifras, me pierdo muchas veces en los ceros, hay obras que no poseen valor, no hay oro, ni dinero, ni diamantes suficientes en el planeta para pagar la emoción, la sensibilidad y la belleza que producen, ese es para mí el mejor valor, no es terrenal, no es cuantificable.
Pienso que cuando un pintor expresa desde el corazón, con todo su interior, con todos sus recursos, y es capaz de emocionar, de hacer reaccionar, de hacer vibrar, de tocar corazones, mentes, sentidos, su labor no ha sido vacía. 
¡He aquí la mejor recompensa!, pero evidentemente hay muchos pintores que viven de ello y necesitan vender para poder comer, me parece perfecto, además las obras cuestan un esfuerzo, un estudio, un aprendizaje, un análisis, muchos años de pintura, de materiales, eso tiene un valor, y tienen más para seguir creando, seguir evolucionando, descubriéndose más en cada nueva creación. 
Existe mucha mentira, yo conozco alguno de esos pintores, de una excelente calidad, que se han dedicado a trabajar para otros para poder comer, dónde el gran trabajo lo realizan ellos y luego el "artista famoso" sólo le pone la firma.
En cuanto a los estilos invariables, pienso que tienen su época, pero que para el artista no es nada enriquecedor, pintar es también una búsqueda, un descubrimiento, los riegos son muchas veces difíciles, la comida de saber que "se vende", te convierte, según mi opinión, en algo repetitivo y que llega a paralizar el acto creativo...

Manu lo terrible es esa voz que te dice dentro tú no sirves para esto, no porque te lo digo nadie te lo dices tú y no es un deseo de triunfo ni de pasar a la posteridad, ni de que halaguen tu vanidad todo eso es humo, hay un anhelo, un dolor más profundo, no una búsqueda si no un encuentro de ti mismo, una música que sólo tú puedes oír y retratándola quieres que lo demás vean escuchando su muda poesía, sí eso es poesía, el espíritu íntimo de las cosas que te tocan tus fibras internas ignoras dónde realmente está, eres ese alguien detrás del telón visionando ensimismado.

Ahí el pánico porque nunca crees conseguirlo...

Hace años tomé una decisión rechazar la profesionalidad y lo que conlleva, libre en mis intentos aficionados así los denomino. No me he arrepentido de esa decisión.
Después surgió internet, la posibilidad de mostrarlos sin ninguna parafernalia mercantil, aún así me costó no creas. Además  hice un descubrimiento de otro lenguaje que adentro llevaba sin sospecharlo.
 Escribir y pintar, ambos se unieron de una forma indisoluble por otro lado me ha dado la oportunidad descubrir a otros artista y personas que han representado una gran inspiración y sobre todo amistad, cariño.
Para la cotidianidad soy demasiado romántica, utópica, dando pellizcos las alas de mi pulmón en el anhídrido carbónico del mundo real.
Hay algo que siempre he envidiado de los impresionistas o de lo godolos u otros consorcios de artista, su implicación como grupo en el que todos incluso pintaban juntos estimulándose, sin menoscabo de su individualidad, sin rivalidad ni competición... 
Claro eran los rechazados, los malditos, eso une da sentido de preservación.
Al artista desde el siglo pasado cuando adquirió carácter de icono, tanto si la fama que no tanto el prestigio, dos conceptos a diferenciar, si ésta le sonríe suspenden sobre ellos una espada de Damocles, debe mantener una irreprochable conducta accesible en todos los sentidos (incluso a veces apoptar un personaje) incluso su vida privada es juzgada investido del capisayo de un dios como si no fuera un ser humano falible y frágil si no un objeto de mira poliédrica por el que es vigilado, censurado, comparado o sobre elevado hasta el límite de una disección constante.
Me viene esa canción de Sabina, te la canto: 
El joven aprendiz de pintor que ayer mismo juraba que mis cuadros eran su catecismo hoy como ve que el público empieza hacerme caso ya no dice que pinto tan bien como Picasso...
Qué tarde tan espléndida Manu, la luz propicia.
¿Pintamos la soledad de la silla vacía o esas pequeñas luces como luciérnagas antes de que el atardecer muera sobre la sombra de la pared...?


Paloma, pintemos esa soledad, esas luciérnagas sobre la pared, acompañados por esta tertulia, este momento mágico de dos amigos, que encuentran este espacio para proyectarse sobre dos lienzos.
¿Quieres música de fondo? O ¿Prefieres el silencio?
Voy a por el carboncillo para que podamos realizar el dibujo previo.
La verdad es que cuando empiezo una obra, para mí es como ese día de colegio cuando no había clases y nos llevaban a visitar algo nuevo, un museo, un territorio nuevo. 
Me siento feliz por lo que el momento me puede deparar, con ilusión, con cierta dosis de incertidumbre.
Cuando ya tengo el dibujo empiezo a mancharlo con pinceladas muy cargadas de aguarrás y poca pintura, viendo los colores, probando, parando muchas veces y retrocediendo, es un ritual, es un momento tan mágico, en el que apenas existe el tiempo, se evapora, sobre todo cuando empiezas ya metiendo en cada capa un poco más de pintura, o deteniéndote incluso en cosas, detalles, entonces soy la persona más feliz de mundo, luego retrocedo y me digo: 
¡Mal! o un ¡no está mal!, y vuelvo a atacar el lienzo retocando o analizando las posibilidades, es un disfrute tan extraordinario.
También me sucede siempre que contemplo una buena pintura, algo que me llame la atención artísticamente, un pedazo de cuadro que me aporte algo nuevo, me encanta investigar texturas, nuevas formas de pintar o sobre lo que pintar, el arte en general me ha robado el corazón, es una de las aportaciones humanas que más me fascinan, y pienso como tú, mis obras son un intento, donde me dejo muchas veces la piel, creciendo cada día, aprendiendo, trabajando, sin ninguna pretensión, pero siempre con la misma pasión.


Prefiero el silencio si no te importa mientras vas por los útiles de nuestra alquimia te sirvo un trago de orujo de limón que he traído, otro golpe para mí.
Cuando iba a la escuela miraba constantemente por la ventana la tenía a mi izquierda por ella se veía un horizonte de mar como si fuera un cuadro tan lejano para fugarse...
El jazmín ha despertado, embriaga, me has dicho que vive el placer de treinta años.
Como calienta el sol en mi espalda, mientras trazabas no te has dado cuenta, pero llevo un rato observándote como abocetas, concentrado en ese sólo de tú mismo.
Cojo el pincel para manchar, hundo su pelo sobre la materia grasa para mentir porque pintar es una ilusión de algo que no existe.
Abordar mi ritual va de caos nunca sé exactamente que voy hacer, ni cómo, ni adónde voy a llegar, ni con qué, como si yo fuera la aventura de otra persona que imagina. 
Será por eso que nunca las finalizo del todo, deseando volver a ellas aunque nunca lo haga.

La luz y el año dando su último coletazo.
Lo dejamos ya Manu ¿Te parece? 
Nos veremos para pintar en tu jardín tomarnos de nuevo un café, charlar, por cierto ya sé que voy a traerte otra tarde de un año nuevo...

31 de diciembre del 2012