Ars longa, vita brevis

domingo, 22 de marzo de 2015

Artemisia o Judith


La venganza es un plato que se toma frío y se come despacio, esta frase por un lado advierte del peligro de actuar en caliente, es decir con una respuesta inmediata de revancha, ante el hecho de que alguien nos haya causado algún daño.
La mejor venganza es el olvido y el perdón, dice otra frase y pienso que tiene razón, te libera de tu propio odio y rencor.
La venganza fría necesita un tiempo para premeditar una táctica, que dando los pasos pertinentes se ejecute a la perfección.
La obra de hoy enfoca un sutil venganza, que en la realidad nunca se perpetró, pero que se perpetra cada vez que alguien mira el cuadro y lo más importante recuerda y libera el escondido dolor de su autora.

El título de este cuadro que fue pintado por Artemisia Gentileschi es: Judith decapitando a Holofernes.
En concreto la escena recuerda, el asesinato a sangre fría de Holorfenes causado por Judith, relatado en el texto bíblico del Libro de Judith, cuyo autor es desconocido.
La historia comienza en la ciudad de Betulia, en Israel.
Nabucodosonor II rey de Babilonia, envía sus tropas para sitiar esta ciudad enemiga, al mando del general Holofornes, con ordenes de diezmar a todos sus ciudadanos.
Holofernes apostando soldados en todos los manantiales y en todas las vías de abastecimiento, evitó que se provean de agua y comida los habitantes de la ciudad.
Desesperados los judíos, decidieron rendirse para salvar la vida abriendo las puertas de Betulia.
Entonces Judith, viuda de Manasés, rebelándose ante esta rendición, les dijo a sus conciudadanos que Dios nos les había abandonado y les pidió tres días antes de rendirse.
Los ancianos estuvieron de acuerdo, Judith quitándose sus ropas de viuda, se vistió con sus sedas y sus joyas, le dijo a su sirvienta que preparara el mejor de los festines y el mejor de los vinos.
Con todo ello ambas salieron de Betulia hacia al campamento enemigo.
Fueron detenidas por los soldados asirios, al interrogarlas, Judith les dijo que pretendía traicionar a su pueblo y ayudarles a conquistar la ciudad.
Las llevaron en el acto ante Holofernes, el cual creyó sus intenciones y además quedó cautivado por la belleza de Judith.
Holofernes le preguntó que cuándo iba a darle esa información.
Judith respondió que durante tres días rezaría al alba y al atardecer, cuando su Dios lo dispusiera le daría la información que deseaba, le pidió además que sus soldados no las molestaran cuando saliera a rezar.
Holofernes estuvo conforme y les asigno una tienda.
Durante dos días Judith y su sirvienta salían al alba y al crepúsculo lejos del campamento sin que nadie las molestara.
Holofernes obsesionado con su belleza, la cortejó y le pidió que se entregara a él por su propia voluntad.
Judith accedió y llevó a la tienda de Holofernes la comida y la bebida que habían preparado.
Holofernes comió y bebió, embriagado se acostó en su lecho. Judith cogió su espada y de dos golpes limpios cercenó la cabeza del general. 

Después llamó a su sirvienta, que trajo un saco donde metieron la cabeza.
Esperaron al alba y salieron, los soldados las dejaron pasar como los días anteriores.
A la mañana siguiente encontraron su cuerpo decapitado y la cabeza en una estaca a la entrada de las puertas de Betulia.
El ejercito aterrorizado ante la muerte de su general, huyó a la desbandada siendo presas fáciles para los soldados judíos.

Judith fue considerada una heroína por su pueblo, y su historia un tema recurrente en el arte, uno de los cuadros que la representa es de Miguel Ángel Meresi conocido como Caravaggio, artista italiano barroco.
Un extraordinario artista que inundó la pintura de realismo y de una luz que llevaría al límite la técnica del claroscuro. Los fondos de las composiciones de sus obras son totalmente negros; con un foco de luz violenta en diagonal, como si proviniera del tragaluz de un sótano o una bodega, ilumina la escena aportando dramatismo y sentimiento, a esta luz de Caravaggio le darían el nombre de tenebrismo.

Caravaggio influenció e inspiró a una gran cantidad de artistas, uno de ellos, Orazio Gentileschi, que fue uno de los representantes de la escuela romana de Caravaggio.
Tuvo varios hijos, su hija mayor Artemisia nacida el 27 de Julio o el 8 de Julio de 1587, demostró desde niña un gran aptitud para el dibujo, talento que su padre fomentó y educó. La influencia de Caravaggio y la de Annibale Carrassi asomó por sus obras, pero con una aproximación diferente a la de su padre.
Con diecisiete años firmó su primer cuadro, con diecinueve años, ya que por su condición de mujer no era aceptada en las academias profesionales de Bellas Artes, su padre le pidió a otro pintor llamado Agostino Tassi, ambos colaboraban en ese momento en la decoración de las bóvedas del Palacio Pallavicini Rospigliosi, que enseñara a su hija, perspectiva.
Entonces ocurrieron los sucesos que marcarían la vida de Artemisia Gentileschi para siempre.
Tassi la violó e intentó que ella no dijera nada con promesas de matrimonio, pero Tassi estaba casado, Orazio al saberlo, lo denunció ante el Tribunal Papal.
Comenzó un proceso aberrante que duraría siete meses, del que aún se conserva su registro. Artemisia declaró la crudeza los hechos de su violación. Para comprobar su veracidad, fue sometida a un humillante examen ginecológico y torturada con un artilugio en sus dedos.
En el proceso salió a la luz que Tassi había violado a su mujer y por ello se había casado con él, que había intentado asesinarla y además intentó violar a su cuñada y robar cuadros de Orazio.
Fue condenado a un año de prisión y al exilio del Estado Pontificio.
Un mes más tarde de finalizar el proceso, Orazio para reintegrar el honor de su hija, la casó con un modesto pintor llamado Piero Antonio Stiattesi.
Después de que Tassi cumpliera su condena, Orazio volvió a ser su amigo y trabajar con él.
Ante esto Artemisia sintió aún más dolor y humillación.
Unos años más tarde, pintaría su intenso sufrimiento y trauma emocional en en esta obra.
La composición triangular muestra a Judith con un gesto frío y placentero degollando a Holofernes, la sirvienta la ayuda sujetándolo.
Se cree que los rasgos de Judith son los de Artemisia, y los de Holofernes los de Tassi.
Considerada como su obra maestra, actualmente está expuesta en la famosa Galería de los Uffizi en Florencia.